Paladini es sinónimo de chacinados y de cerdos en la Argentina, pero lo cierto es que desde hace varios años la empresa está en un proceso de transformación en el que apuesta fuerte para crecer en el segmento de los alimentos y sobre todos en aquellos con alto valor agregado.
Fue fundada en 1923 por el emprendedor Juan Paladini, quien comenzó a producir fiambres de manera artesanal como actividad complementaria a su trabajo. Con el transcurso de los años, ese emprendimiento fue tomando fuerza y la calidad de los productos comenzó a llamar la atención de sus vecinos de la localidad de Villa Diego, en la provincia de Santa Fe. Poco tiempo después se unió al proyecto Bruno Paladini, un primo de la familia, quien en 1938 toma la posta junto a María Davalle, la esposa de Juan, quien fallece con apenas 40 años.
Primo y viuda de Juan Paladini se enfocaron en el crecimiento de la empresa, que pasó a ser el sostén principal de una familia que 100 años después conserva el 100% del capital accionario y continúa frente a la toma de decisiones.
Actualmente Paladini emplea en forma directa a más de 2.400 personas y es uno de los principales empleadores de la zona de Villa Gobernador Gálvez, provincia de Santa Fe, donde tiene una de sus plantas de producción. Además, es la principal empresa productora de cerdos de la Argentina y cuenta con 12.000 madres reproductoras.
El grupo es además el segundo mayor transportador de alimentos refrigerados de la Argentina. Procesa anualmente 31.000 toneladas de carne porcina y 10.000 toneladas de carne bovina. Cuenta con dos criaderos de cerdos propios, uno de ellos ubicado en Villa Amelia, localidad distante a 15 kilómetros de su planta, y el otro en la ciudad de La Toma, provincia de San Luis.
Al mismo tiempo cuenta con 10 sucursales que se dividen entre centros de distribución, plantas de producción y oficinas. Además, con el objetivo de llegar directamente al público, Paladini abrió tres locales denominados Paladar, en los que ofrece picadas ya preparadas y tablas de quesos. En la misma línea, poco tiempo atrás sumó los sándwiches de miga, que también apunta a introducir en los supermercados y autoservicios de las estaciones de servicio, entre otros puntos de venta.
Paladini comenzó un fuerte proceso de transformación a partir de 2017 cuando su directorio, comandado por Pablo Paladini, tomó la decisión de incursionar en el negocio de los alimentos con alto valor agregado más allá de los fiambres y chacinados. A partir de esa instancia no solo sumó quesos sino también tapas para empanadas y tartas, rebozados de pollo, milanesas de soja, papas congeladas, hamburguesas de carne y vegetarianas entre tantos otros productos.
El plan a futuro de la empresa, luego de concretar un plan de inversiones de más de 800 millones de pesos, es continuar ampliando su operatoria en el segmento de los alimentos y llegar a los góndolas con productos listos para ser consumidos. La larga y profunda crisis económica que atraviesa la economía argentina no ha sido motivo para frenar sus proyectos de expansión, pero lo cierto es que el menor poder adquisitivo de la población ralentizó algunos de sus lanzamientos.
En lo que respecta a su facturación, en su balance anual cerrado en julio de 2021 facturó más de 26.800 millones de pesos y obtuvo una ganancia después de impuestos de 1.100 millones. A su vez, su deuda bancaria, según los registros del BCRA asciende a 269 millones de pesos, el 86% tomada con el HSBC.