La utilización de perros protectores de ganado para defender a majadas ovinas -y en algunos casos también a bovinos- de depredadores salvajes ha sido ampliamente discutida, e incluso su adopción ha crecido considerablemente en los últimos años sobre todo en la región patagónica. Sin embargo, poco se ha escuchado hasta ahora de la posibilidad de usar burros como animales protectores, algo que ya es aplicado en países como Estados Unidos, Canadá, Australia, España y Uruguay para detener los ataques de lobos, coyotes y perros cimarrones.
De esto da cuenta un informe elaborado por el veterinario Eduardo R. De Lucca, en el marco del proyecto Puma de las Pampas. A partir de más de 200 encuestas realizadas a productores de Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe, el especialista analizó que un 30% de planteos ganaderos ya los aplica y que su uso puede ser eficaz contra los ataques de pumas, uno de los principales depredadores locales.
“Ante la presencia del depredador, un buen burro protector se interpone entre los animales a proteger y el depredador. Los burros y mulas, por naturaleza, son agresivos hacia depredadores. Realizan veloces persecuciones y rebuznan con tanta intensidad, que incluso pueden llegar a alertar al ganadero sobre la presencia del depredador. Si luego de esta instancia el depredador persiste en su intento de atacar al ganado, el burro puede atacarlo pegándole con los miembros delanteros”, indicó De Lucca en el trabajo.
Sin embargo, más allá de sus aptitudes natas el éxito de esta empresa dependerá de su correcta aplicación. Es así que para el veterinario, la clave está en la relación que el burro pueda generar con la majada a proteger.
“Lo ideal, si es que se busca realizar una impronta temprana con la majada, es que la burra y su cría se mantengan junto a las ovejas, y al destete dejar al burrito con la majada. De no haber sido esto posible (por ejemplo si se compra un burro), igualmente se le puede enseñar al animal a defenderlas si se lo coloca en estrecho contacto con los animales a proteger durante 1 a 2 semanas. Hay que tener muy presente que no todos los burros son buenos guardianes y que incluso algunos pueden llegar a ser agresivos con las ovejas. Por este motivo este proceso de “unión” debe ser monitoreado por el productor”, explicó De Lucca.
En cuanto a la elección de animal a adquirir, el especialista recomendó elegir una burra ya que los machos pueden ser más agresivos. Respecto al tamaño, es conveniente elegir uno que supere los 115 centímetros de alzada.
El trabajo también hace hincapié en usar un burro cada cien ovejas, aunque si el terreno es limpio y no tiene vegetación u ondulaciones que favorezcan el acecho de un depredador, puede emplearse uno cada 200.
¿Y por qué conviene escoger un burro como animal protector? Para De Lucca su longevidad s uno de los principales aspectos a tener en cuenta, ya que vive entre 10 y 15 años. Además tiene pocos requerimientos de cuidados.
“Respecto del perro protector de ganado (razas Marema, Mastín de los Pirineos etc.), la ventaja del burro, más allá del tema de su alimentación y bajos costos, es que no tiene la tendencia a alejarse que pueden manifestar algunos perros; estos últimos, por un mal manejo, pueden tornarse cimarrones, agregando así, un nuevo depredador al ecosistema”, remarcó el veterinario.
Y vos, ¿te animás a sumar un burro a tus filas?
La sequia esta asotando a todos los productores y afecta mas al pequeño productor