La sequía que está padeciendo nuestro país no sólo afecta a los productores. Según un informe de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca), también quienes integran la denominada “aviación agrícola” tuvieron muy poco trabajo durante la campaña de granos finos (trigo y cebada) y “el panorama para la cosecha gruesa (soja, maíz y girasol) se encuentra muy complicado”.
“Cuando vienen malas las cosechas se resiente el trabajo del aeroaplicador porque los productores cuidan más el bolsillo”, aseguró el presidente de la Fearca e integrante de la Cámara de Aeroaplicadores de Buenos Aires (Capba), Walter Malffatto, que trabaja en la zona de Bragado. “El trabajo de aplicación aérea en mi zona bajó un 50% porque el productor elige el terrestre ya que es de menor costo y con la sequía que hay el productor gasta lo mínimo”, puso como ejemplo.
El vicepresidente de la federación, que proviene de la Cámara de Empresas Agroaéreas Cordobesas (Ceac) y trabaja en el sur de esa provincia, Francisco Casajús, confirmó que “la sequía nos afecta de manera significativa en nuestra zona porque el trabajo disminuye proporcionalmente al ritmo de las precipitaciones”. Resaltó que “los trabajos en trigo se redujeron en un 90%, sólo pudimos aplicar lotes bajo riego”.
Pensando en la campaña gruesa, que aporta el grueso de los ingresos al sector, Casajús resaltó: “Nos tenemos que manejar al igual que los productores, mirando los pronósticos. Por suerte las últimas lluvias han servido para recuperar perfiles y así poder sembrar que es lo que están haciendo en este momento; de ahora en más queda en manos del clima”.
“Nuestro trabajo dependerá no sólo de la presión de plagas, enfermedades y malezas, sino también del desarrollo de los cultivos; a mayor desarrollo, más trabajo”, opínó.
El aeroaplicador cordobés destacó que, en este contexto, “sería de gran ayuda poder contar con alguna medida desde el gobierno para las empresas que no han tenido una buena campaña ya que hay muchos compromisos asumidos, sobre todo los que debemos en el exterior cuotas por la compra de aviones”.
Hace un tiempo, Bichos de Campo realizó un trabajo que describe la actividad de los aeroaplicadores:
Fernando Camarda, otro socio de Fearca que participa de la Cámara de Aeroaplicadores del NOA (curiosamente, Canoa) contó que, en la zona de Las Lajitas, Salta, hace cuatro años consecutivos que tienen sequía. “Al aeroaplicador lo afecta muchísimo porque el productor no nos tiene en cuenta cuando no llueve porque tiene piso para trabajar con la pulverizadora terrestre”, sostuvo Camarda. También resaltó que “en la zona estos años de sequía no se sembró ningún cultivo de invierno, estamos con los aviones más de seis meses parados”.
Para mostrar que no son muy parecidos a los productores, el aeroaplicador norteño remarcó que para adelante “se ve un panorama muy complicado de los precios ya que cobramos en dólar oficial y compramos todos los insumos en dólar billete”.
El aviador llegó al punto de comenzar a reclamar una suerte de pesificación debido a la alta brecha cambiaria. “El gobierno nos tiene que dar una solución para poder pagar los créditos obtenidos en el exterior para la compra de aviones y repuestos de las aeroaplicaciones, ya que somos un eslabón importante en la cadena de la producción de alimentos”.
Desde el Noreste, Marcelo Belich -miembro de la Cámara de Empresas Agroaéreas del Chacho (CEACH)- indicó que “en los 20 años que tengo como piloto agrícola es la primera vez que me pasa que en esta época no haya hecho ni una hectárea, cuando generalmente teníamos entre un 40% a un 50% de hectáreas de la campaña realizada”.
“El panorama para la gruesa lo veo muy malo porque este sistema de desdoblamiento cambiario al productor lo afecta muchísimo y a nosotros como prestadores de servicio también porque prácticamente se nos incrementó el 100% el consumo, el costo del combustible y los pocos repuestos que conseguimos”, añadió el chaqueño.
Es importante destacar que la falta de repuestos hace que los pocos que se consiguen se lleguen a cotizar en dólar blue, lo que trae como consecuencia que se tenga que incrementar la tarifa para ser rentable prácticamente en un 100%. “Eso impacta de manera muy negativa a quien nos tiene que pagar porque el productor agropecuario hoy tiene un poder adquisitivo bastante bajo”, razonó Belich, quien explicó que “todo eso termina en una ecuación muy simple, que es no utilizar el avión en tanto y en cuanto la necesidad sea extremadamente imperiosa”.
En el mismo tono, Mauricio Fargioni, que integra la Cámara de Empresas Agroaéreas de Santa Fe (Ceasfe), dijo: “La gran sequía que afecta casi toda la región productiva del país afecta directamente a toda la cadena y a nuestro sector indudablemente” y explicó que “a esta altura del año son muy pocos los cultivos tratados con avión y, de seguir así, es muy probable que sea una campaña de bajo volumen de trabajo”.