Los cambios en el consumo de carnes, en gran medida vinculados a la situación económica y las políticas oficiales en contra de la producción de vacunos, impulsaron a que en el frigorífico San José de Feliciano decidieran reinventarse. En los últimos años en esa empresa fueron dejando de lado la faena de bovinos y avanzaron en la producción de carne porcina.
La planta la compró Raúl González en el año 1992 y desde entonces se dedicó a la producción de carne bovina, pero con el ingreso de sus hijos Ana María y Rafael Agustín, hoy de 26 y 23 años, ella contadora y el estudiante de ingeniería, se produjo el vuelco hacia el cerdo.
Raúl dijo que actualmente faenan 1500 animales, 50% de cada especie, pero que tienen los cañones apuntados en dirección al sector porcino, por lo que quieren incrementar cada mes la faena de esta especie.
Explicó los motivos. Por un lado, encuentran dificultades en hacerse de ganado vacuno homogéneo, con buen rinde, al tiempo que en la zona se radicaron criaderos de cerdos que les pueden proveer de capones cuya terminación es bien pareja y en cantidad. Además, el capón tiene un precio más bajo que el vacuno por lo que la inversión por unidad es menor.
Pero lo más importante, según comentó el empresario, es el cambio que nota en la tendencia del consumo. “Un poco porque la gente se fue acostumbrando a esa carne y otro tanto porque la crisis obliga a reemplazar la carne vacuna por los cortes de esta especie y también de pollos, que son más baratos”, explicó en el empresario en el newsletter mensual de Fifra, la federación de industrias frigoríficas regionales.
González dijo que además influyen los cambios en el troceo obligatorio de la media res que impulsa el gobierno. Para empresas de este tamaño no es sencillo endeudarse para hacer las adaptaciones necesarias. “El cuarteo implicará hacer inversiones que plantas como la nuestra no pueden, hay que sumar el incremento en el costo del enfriado y en la logística comercial, eso va a repercutir de forma negativa en nuestras cuentas y en el precio de la carne al consumidor”, indicó.
Por eso González consideró que la mejor alternativa es seguir en el proceso de adaptación a la carne de cerdos: “El manejo logístico es más simple, el costo productivo menor y no hay problemas con la carga de medias reses, hay otros frigoríficos en la provincia que ya hicieron ese cambio, dejaron el negocio del vacuno por el porcino”.