A partir de un trabajo publicado por la Asociación Argentina de Ecología, la Fundación Vida Silvestre aseguró que es necesario implementar sistemas de trazabilidad para poder identificar a los productos agroindustriales provenientes de establecimientos libres de deforestación.
“En el Gran Chaco, donde la producción agropecuaria a gran escala es el motor principal y creciente de la conversión de sus bosques y ecosistemas, o incluso la región pampeana, ya se ha perdido el 80% de sus ambientes naturales. Además, la actual crisis también está relacionada con el cambio de uso de la tierra: las especies silvestres se encuentran en peligro por la destrucción de su hábitat provocada por el avance de las actividades agropecuarias”, indicaron desde la ONG.
Frente a eso proponen realizar acciones que conviertan los sistemas actuales de producción y apunten a su trazabilidad. Para ello, afirman, se deben implementar procedimientos para la identificación y el registro de los datos de un determinado producto enmarcado en las distintas cadenas de producción, industrialización y distribución
“Las nuevas tendencias sobre el consumo responsable y las exigencias tanto de los consumidores como de ciertos mercados empujan a los productores, las empresas y marcas globales a incluir nuevos lineamientos en materia de sustentabilidad. Es por eso que resulta necesario sumar la trazabilidad ambiental a los productos para asegurar que toda la cadena productiva sea libre de deforestación y conversión de ambientes naturales: es decir, que no se hayan realizado desmontes ni se hayan transformado áreas naturales en ninguna de las etapas del proceso de producción, industrialización y distribución”, señaló María Eugenia Periago, coordinadora de Manejo y Producción Sustentable de Fundación Vida Silvestre.
Uno de los argumentos más fuertes para ese pedido tiene que ver con los nuevos requerimientos que implementarán algunos importadores. La Unión Europea (UE-27), por ejemplo, se encuentra avanzando hacia una legislación que garantice que los productos importados no provengan de tierras deforestadas.
“En los últimos años, varias de las grandes multinacionales y países que compran productos y materia prima proveniente de zonas amenazadas por la deforestación y conversión, han empezado a analizar sus cadenas para evaluar el riesgo ambiental y social de sus compras. Varios informes recientemente publicados por WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), muestran una clara relación entre el consumo de los países europeos -especialmente de soja y carne vacuna- y varios de los principales frentes de deforestación identificados mundialmente, incluyendo el Cerrado y el Amazonas en Brasil y el Gran Chaco en Argentina y Paraguay”, detalló la Fundación Vida Silvestre.
“Existen caminos hacia la sustentabilidad en la producción de alimentos que detengan la conversión y reviertan la degradación de los ecosistemas y la Argentina tiene una oportunidad única de colocar a sus sistemas productivos en una posición de ventaja. A través de la definición de estándares de sustentabilidad en las cadenas de valor de la soja y la carne vacuna y de un modelo innovador que permita reducir la deforestación y la conversión de ecosistemas críticos, se puede mejorar la resiliencia económica y ambiental al mismo tiempo que se posibilitan beneficios para el gobierno, las empresas, los productores y el medio ambiente”, concluyeron.