El clima castiga a la producción agropecuaria. Por la escasez de lluvias este año hay efectos negativos en la ganadería, aunque los síntomas que más preocupan son los que se están dando sobre la agricultura.
En trigo se estima una cosecha de solo 15 millones de toneladas, según la última estimación de la Red GEA. Pero su coordinador Cristian Russo alertó que el impacto de la falta de agua podría ser todavía mayor. El resultado podría llegar a ser de 13/14 millones de toneladas del cereal, cuando el año pasado se obtuvieron 22 millones.
En este contexto, el analista de mercados Sebastián Salvaro dijo que “el productor pasa el día mirando al cielo, pero toda la ciudadanía sociedad debería estar rezando para que llueva”.
Sucede que la economía del 2023 va a estar marcada por lo que pase con la próxima cosecha 2022/23. Por lo pronto, la falta de producción de trigo va a castigar la liquidación de dólares y a complicar el frente cambiario “lo que enciende las alarmas de más intervención en ese cultivo y también en maíz”, dijo el consultor.
El menor saldo exportable dejará a la economía con varios millones de dólares menos. En el caso del trigo, según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, la seca ya redujo ingresos por 1.500 millones de dólares.
Escuchá la entrevista a Sebastián Salvaro:
La caída de la cosecha y de las exportaciones traerá aparejados problemas en la cadena. Hay agricultores que no puede hacer frente a los ‘forwards’ concretados (ventas anticipadas) ya que no contarán con el grano correspondiente. Otros se endeudaron para sembrar este año, y ahora no podrán honrar sus compromisos.
“Hay altos niveles de preocupación y venimos conversando con los productores que posiciones desarmar de forwards ya hechos con anticipación. Eso quiere decir que la gente aprendió a buscar soluciones, pero sin dudas tiene un costo para el productor”, dijo Salvaro.
El analista agregó que con un trigo a cosecha de 350 dólares y forwards hechos en 315/320 dólares la tonelada el productor debería poner la diferencia. Es una pérdida económica más para quienes además pagaron caros los insumos. Encima en muchos casos ni siquiera van a poder pasar la cosechadora, pues hay lotes de trigo directamente perdidos.
Todo esto deja en evidencia que el esquema fijado por el gobierno que incluye retraso cambiario, desdoblamiento y derechos de exportación sólo es viable si el clima juega a favor. En las condiciones actuales es casi imposible la supervivencia económica y toda la sociedad pagará los platos rotos de estas medidas de gobierno.
Pero si el panorama con el trigo ya es grave, parece que la seca recién se empezaría a cortar a partir de febrero o marzo, lo que afectará también la siembra de maíz y soja, modificando así los planes y plazos de siembra y el resultado de la cosecha de granos gruesos.
“Se están atrasando las siembras de todo y el productor está poniendo la lupa en el lote, pero es necesario seguir mirando el aspecto comercial”, indicó Salvaro.
En ese sentido, el consultor recomendó: “Hay que ponerle pisos de precios mediante la compra de puts a la soja y el maíz, porque estamos en precios nominales récord y la realidad es que se están tomando casi nulas decisiones comerciales porque las decisiones están puestas en no equivocarnos en el campo”.