La firma nació en el año 1927. “Mi abuelo empezó a trabajar como herrero arreglando maquinarias y en el año 30 comenzó a hacer los tambores para carga el cereal a granel que se montaban sobre los carros de madera”, contó Néstor Cestari, tercera generación de esta saga y quien suele contar que sus hijos ya están tomando la posta.
El ahora titular de la firma dijo que durante un tiempo con su padre hacían otro tipo de herramientas y maquinarias “hasta que nos focalizamos en la tolva y en los 80 fuimos precursores de la autodescargable”.
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El empresario trabaja con tres de sus cuatro hijos en la firma que es el líder en el país en dicho segmento de este complemento de las cosechadoras. “Muchos fabricantes subestiman a la tolva que tiene como función hacer más productiva a las cosechadoras que continuamente se modernizan, por lo que hay que ir adaptándose a esos cambios. La tolva es el cadete eficiente de la cosechadora”, explicó.
Luego agregó: “Mejor ser cabeza de ratón y no cola de tigre. Hay gente que produce muchas cosas y la gente no sabe qué produce”.
En la firma Cestari trabajan 75 personas en forma directa, y otro tanto o más en forma indirecta. Actualmente producen 30 tolvas al mes que terminan en el mercado local y en destinos internacionales. Han logrado exportar desde mediados de los 90.
“Como nos enfocamos en un solo producto tuvimos que diversificar los mercados. Empezamos vendiendo en América del Sur, luego cruzamos a Europa y llegamos a países impensados como Suecia, Lituana, Estonia, Francia, España, Portugal, aunque también vendimos a Estados Unidos”, relató.
Néstor explicó que el seguimiento de esos clientes para una empresa que no cuenta con la estructura de una multinacional es “cuerpo a cuerpo” y que cada equipo sale con kits de repuestos
El empresario también contó qué inversiones están haciendo: “En los últimos dos años ampliamos la planta en 2.200 metros cuadrados, incorporamos tornos, puentes mecanizados, puentes grúas, robots de soldadura y hace tiempo que trabajamos con un proyecto de cabina de pintura y ambiente limpio. Pensamos que el año que viene vamos a estar pintando todo al agua sin solvente”.
Además, se refirió a la comercialización de maquinaria en este momento de la Argentina: “Hay atraso en las entregas, pero por otro lado se frenó bastante la venta por la falta de financiación y eso nos da un respiro para ir abasteciendo a los clientes”.
Finalmente dijo que si pudiera sentarse de frente a los funcionarios les pediría “tener la posibilidad de programar y planificar a largo plazo, frenar a la inflación que destruye al que trabaja, tener más seguridad e incentivar la exportación eliminando la distorsión cambiaria. Hoy pagamos insumos a un dólar cercano al blue y lo que exportamos lo cobramos al oficial, todas nuestras exportaciones van a pérdida”.