El equipo económico del gobierno –tal como adelantó Bichos de Campo– está intentando desactivar los efectos distorsivos que el “dólar soja” ha comenzado a tener sobre el resto de la cadena agroindustrial.
En ese marco, ayer hizo “desaparecer” la publicación del valor FAS teórico de la soja Rosario ajustada con el tipo de cambio especial de 200 $/u$s y hoy, en función de lo dispuesto por la resolución reglamentaria del decreto 576/22, empezó a indicar dos capacidades teóricas de pago para la oleaginosa: una con 200 $/u$s (el valor de mercado vigente) y otra con el tipo de cambio oficial (valor “testimonial”).
¿Para qué tomarse semejante molestia? Bueno, es que, según el deseo del gobierno argentino, cuando un productor vende soja a una fábrica de alimentos balanceados o una elaboradora de expeller, por ejemplo, es decir, dos empresas que no acceden al tipo de cambio preferencial de 200 $/u$s, entonces tendrían que tomar como referencia el precio de venta de la soja sin PIE (Programa de Incremento Exportador), es decir, sin el “anabólico” monetario del que gozan los sectores exportadores.
Ayer miércoles, mientras que la soja PIE registró un FAS teórico de 70.742 $/tonelada, la soja “solidaria” –podríamos llamarla así– tenía en cambio un valor de referencia de 49.732 $/tonelada.
Es más que evidente que nadie va a vender soja a menos de 50.000 $/tonelada cuando puede obtener un precios sustancialmente mayor (hoy jueves las cotizaciones con entrega en Rosario se encuentran en torno a 67.000 $/tonelada).
El desdoblamiento del valor FAS teórico parecería ser entonces un ejercicio imaginario realizado por funcionarios del gobierno nacional para autoconvencerse de que la devaluación por tiempo limitado aplicada en la soja no va a tener efecto alguno en el resto de la cadena agroindustrial. Pero ya lo está teniendo. Inexorablemente.