Santiago Nasello compró su primera oveja en 1987. Tenía apenas 9 años cuando su padre lo llevo a un remate y por unos pocos australes, la moneda que regía en la segunda etapa del alfonsinismo, adquirió el primer ovino de su vida. Allí se sembró un amor que germinó dentro suyo y que hoy le sigue dando satisfacciones.
En aquellos años la familia se dedicaba a la ganadería vacuna. Tenían una cabaña Angus a la que le sumaron luego el Brangus. Pero el avance agrícola pudo más y el planteo ganadero se desarmó.
“El bichito de la cabaña ya había picado en mí y por eso cuando pude armé la cabaña de ovinos en la que contamos con 60 reproductores”, dijo a Bichos de Campo Nasello. La misma se llama Don Marcial y que está ubicada en Cachira Oeste, a 70 kilómetros de Villa María, en la provincia de Córdoba.
La pasión puesta en el desarrollo de esta actividad lo llevó a ganar el gran campeón macho de Hampshire Down de la última exposición rural de Palermo, donde el otro animal presentado por su cabaña obtuvo el tercer premio de la raza.
El jurado de esa muestra no se equivocó en la elección porque el mismo se vendió a un precio récord. Evidentemente el animal resultó ser de muy buena calidad.
“Una cabaña brasileña lo pagó 2,5 millones de pesos, es un valor récord que no se logró en las exposiciones siguientes”, indicó el productor.
Luego indicó que los ejemplares que salen a venta lo están haciendo con información precisa respecto de su ADN, lo que permite certificar quiénes son sus progenitores.
Pero Santiago no piensa quedarse ahí. La apuesta es poder comercializar el ganado con más información sobre su genética, al igual que lo hacen las razas bovinas que publican los DEPs -o diferencias esperadas de progenie-, que son datos que aportan información sobre peso al nacer, al momento del destete y la facilidad de parto, entre otras variables.
“Estamos en vías de hacer los DEPs, estamos tomando medidas, datos, hay cabañas que ya lo hacen y nosotros estamos empezando. A partir del año que viene podríamos vender la hacienda con esa información, lo que nos va a permitir valorizarla y aportarle datos a los otros criadores para que puedan comprar mejor”, afirmó Nasello.
El cordobés señaló además cómo se prepara un ovino de pedigree y qué cuidados se tienen antes de presentarlos en una exposición.
“Desde chiquitos al pie de la madre comen según el sistema creep feeding una ración que buscamos que los lleve a expresar todo su potencial racial. Unos meses antes de la exposición se los encierra y amansa. En ese período están en boxes y comen a discreción un alimento totalmente natural. No usamos ningún aditivo, núcleo de vitaminas o minerales, sino que comen avena, maíz, pellet de soja y fardo de alfalfa de buena calidad”, señaló.
Una vez que los ovinos fueron amansados comienza otra etapa en la que “se los baña con agua caliente para luego preparar su pelaje, cortándolo con tijeras lo que le resalta las cualidades carniceras”.
Nasello agregó que ese último retoque “es todo un arte y para eso traemos un especialista desde Malargüe. La preparación es todo un esfuerzo que nos dio sus frutos”.