El gobierno comunicó este lunes a los representantes de los frigoríficos exportadores que habilitará un 15% más de cupo de carne vacuna para enviar al exterior, de modo de poder aprovechar los buenos precios internacionales del producto y obtener así una mayor cantidad de divisas. A partir de septiembre se podrían exportar unas 34.500 toneladas mensuales versus las 30.000 toneladas promedio que se venían autorizando desde principios de año.
Tal como sucedió a principio de año, cuando el entonces ministro de Agricultura Julián Domínguez acordó una mayor apertura exportadora con tres cámaras de la industria frigorífica, este nuevo arreglo también se selló de palabra y sin ninguna normativa específica: no habrá ni decreto ni resolución.
La semana pasada -como adelantó Bichos de Campo– los empresarios cárnicos habían solicitado a las nuevas autoridades de Agricultura, al mando del ahora secretario Juan José Bahillo, una ampliación del cupo del 20%. El funcionario comunicó finalmente que se habilitaría una ampliación del 15%.
La falta de transparencia es una constante de la intervención aplicada al sector por el gobierno de Alberto Fernández, ahora al mando del ministro de Economía Sergio Massa, dado que las cuotas de embarques concedidas a los frigoríficos (denominadas Declaraciones Juradas de Exportaciones de Carnes) se mantienen en absoluto secreto, cuando deberían ser públicas. Esa tarea la lleva a cabo la ex ONCCA, a cargo de Luciano Zarich, con el aval de la Secretaría de Comercio.
Para entender las cosas vale aclarar que no crecerán 15% todas las exportaciones de carne vacuna, sino solamente el porcentaje del negocio sujeto al “cepo exportador” vigente desde mayo de 2021. Es que desde el vamos hubo excepciones a las restricciones, como las cuotas acordadas con otros países (como la Hilton o la 481 para Europa, o la cuota habilitada por Estados Unidos) que suman unas 60.000 toneladas anuales. Y luego, a partir de enero pasado, se liberó también la carne proveniente de las vacas de descarte categorías D y E, que usualmente se envía a China. De hecho, según datos del IPCVA, en julio pasado las ventas totalizaron cerca de 48.800 toneladas, una cifra que supera con creces el cupo de 30.000 toneladas regulado. Además, se exportaron unas 7.000 toneladas de huesos.
Por fuera de esa excepciones, el negocio de exportación de carne también tiene otras prohibiciones que lo complejizan, como la veda permanente a la exportación de siete cortes de consumo popular, entre los cuales se incluyen el asado, el vacío y el matambre.
Ahora, según fuentes del sector frigorífico, “se acordó aumentar en volumen hasta un 15% por fuera de vaca D y E y las cuotas arancelarias”. De esa manera, el cupo pasaría de un promedio de 30.000 a unas 34.500 toneladas.
El precio de exportación promedio de carne en los siete primeros meses de 2022 fue de 5796 dólares por toneladas FOB, por lo que estas 4500 toneladas adicionales representarían un ingreso adicional para el sector cercano a 26 millones de dólares por mes. Esa plata se sumará a los 2099 millones de dólares que el sector -conformado por unos 40 frigoríficos- obtuvo entre enero y julio pasado.