Mario Castigioni es presidente de la Asociación Argentina de Ciencias del Suelo y como tal es una de las voces más autorizadas en esa materia. A ese objeto de estudio, que tantos días lo ha mantenido despierto, lo define como “una delgada capa que es reservorio de distintos procesos como el filtrado de agua y almacenamiento de carbono”. Por tal motivo y siendo más que el sostén de la producción, para este especialista el suelo vela por “la salud del planeta”.
Pero algo todavía más importante para Castigioni es el hecho de que el suelo es considerado un bien no renovable.
“Se renueva pero a una tasa de miles de años. Por lo tanto lo que hoy perdemos en una o dos tormentas, va a tardar muchos años en volver a regenerarse. Y al ser un sustento de la producción en general, en la medida en que perdamos suelo ella se verá comprometida”, explicó el estudioso en una charla con Bichos de Campo.
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-¿Cuáles son las prácticas que podemos implementar para cuidar el suelo?- Le preguntamos.
-El suelo debe mirarse desde lo físico, lo químico y lo biológico. Hay que tratar de tener una buena agregación y porosidad para que almacenen agua, nutrientes y estos persistan en el tiempo. Es muy importante la materia orgánica porque, desde un punto de vista químico, aporta nutrientes a las plantas y elementos importantes para la física de suelos. Cuanta más materia orgánica tienen, mejores propiedades físicas y químicas habrá. Sería bueno que los productores hicieran un balance y repongan lo que extraen del suelo.
-La reposición en el sector agropecuario es una materia pendiente. Para llegar a ese suelo sano hay en debate dos cuestiones: la agricultura convencional y la agroecología. ¿Son dos formas de llegar al mismo suelo sano? ¿Cómo lo ves?
-Los estudios en agroecología son incipientes. Dentro de la cátedra donde yo trabajo, la de Manejo y Conservación de Suelos de la Facultad de Agronomía, hay un grupo que está trabajando en esos aspectos y hay que tener una visión integral desde todos los puntos que mencionaba previamente: lo biológico, lo químico y lo físico. Y hay que seguir investigando cuáles son las herramientas y cuáles las prácticas que nos dan una mejor calidad del suelo.