Francisco Eyherabide es de la novísima camada de productores ganaderos. El año pasado, a los 22 años, se recibió de ingeniero en producción agropecuaria. Con ese pergamino y el apoyo familiar se metió de lleno en la realidad de la cabaña Santa Cecilia, una de las que presentó sus animales en la exposición por el centenario de la Asociación Argentina de Angus.
Además de ocuparse de la empresa, Francisco fue elegido además como presidente del Ateneo de la entidad, por lo que ya despunta también como dirigente del sector.
Francisco, al igual que su padre, arrancaron bien temprano con la ganadería: “Mi papá empezó con la cabaña siendo muy joven también, pero con otras razas. Entonces tenía menos de 20 años y va por los 75”, comentó a Bichos de Campo.
Desde 2004 su padre comenzó a producir hacienda Angus de pedigrí, según contó, y desde entonces buscan estar en todas las exposiciones posibles. Ahora, “en la empresa estoy cargo de la parte de producción de los toros y vaquillonas con o sin servicio y con la preparación de los animales para las exposiciones”, indicó Francisco.
Su función es la de “conocer cada una de las vacas, y estudiarlas según el objetivo de producción, hay que estar atentos a la nutrición, a la sanidad e ir buscando el toro adecuado para las hembras del rodeo“.
En las exposiciones su trabajo consiste en cuidar que los animales están bien atendidos, ya que se los saca de su ambiente natural. Por eso intentan que los animales estén bien comidos y relajados lo que implica salidas del corral, que cuenten con la alimentación y bebida adecuadas y en horarios estrictos.
Francisco también opinó sobre un tema de largo debate en el sector, el nivel de destete del rodeo. Este año mejoró ese indicador, ya que llegó al 65%, aunque sigue lejos de los que se logran en otros países donde el promedio supera el 75% y en algunos el 85%.
“La realidad nos exige producir más en cada vez menos espacio. Hay que producir más kilos por hectárea”, señaló el joven ganadero.
Para ese desafío hay herramientas. “Lo que uno tiene al alcance que es la inseminación a tiempo fijo, utilizando toros que den el peso al destete más alto según las características que tengan las madres”.
Pero también consideró un factor clave hace un uso eficiente del forraje: “Todo arranca con la comida de la vaca, si está mal comida tendrá dificultades para quedar preñada, para parir o dará un ternero de bajo peso”, indicó.
Eyherabide explicó que eso se puede ajustar con manejo: “El pastoreo rotativo ayuda mucho a que los animales coman de forma eficiente y a que mejoren su condición corporal, lo que termina impactando en la eficiencia reproductiva y en la calidad y estado corporal del ternero que se desteta”.
Con respecto al desarrollo de la raza que está celebrando su centenario en la Rural de Palermo, dijo que “tiene el 75% del rodeo nacional entre el Angus puro y sus cruzas, cada día tiene un peso más importante en la ganadería argentina por sus características genéticas y la calidad de su carne”.