Mariano Caprarulo, director ejecutivo de la Cámara de Productores Exportadores de Cítricos del NEA, dijo a Bichos de Campo que “hace tiempo que sufrimos problemas por falta de competitividad. Desde el 2007 en adelante vimos una fuerte caída en las ventas externas, ya que antes exportábamos más de 120.000 toneladas y hoy no llegamos a las 40.000, sobretodo en mandarinas y naranjas que es nuestro fuerte”.
Caprarulo explicó que “mantenemos los mercados como podemos pero a las empresas locales les afecta la falta de competitividad originada en los altos costos internos y en la falta de apoyo crediticio”.
“Es una pena ser tan caros. Estuve en la feria citrícola más grande del mundo en Berlín, donde nuestra fruta es muy requerida por sus condiciones de sanidad y calidad, pero la terminamos vendiendo el doble de lo que vende Chile, Perú y Sudáfrica”, lamentó.
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Al respecto, el representante de los empaques del NEA marcó que “hace tiempo que venimos denunciando la alta presión tributaria que aqueja al sector, pero eso no evitó que cayeran grandes empresas”. Caprarulo se refirió a Citrícola Chajarí que fue pionera en el mercado inglés y que ingresó en concurso preventivo de acreedores; la empacadora Salto Chico en Concordia, que no puede operar este año por los altos costos, y por eso indemnizó a todo su personal y permanece cerrado; o la citrícola Ayuí, que también está sin operar desde 2014, en concurso preventivo y con amenaza de remate.
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En los últimos días fue noticia la convocatoria de acreedores de otra empresa citrícola, la de Roberto Salerno en Concordia. El directivo remarcó que se trata de “una familia pionera con más de 50 años en la actividad, que desarrolló con mucho esfuerzo la exportación y que hoy se trata de mantener como puede. Tener tanta mano de obra intensiva y tanta presión tributaria no ayuda en nada. Hay otras empresas que directamente dejaron de operar y otras que trabajan al 20% de su capacidad instalada”.
Caprarulo explicó que “más allá de que el Gobierno intentó ayudar en apertura de mercados, no se tomó ninguna medida de fondo y estamos sin apoyo crediticio y sin capital de trabajo. Esto hace que haya tres empresas muy importantes con problemas, y que las otras trabajen de mayo a septiembre, durante 2 o 3 días por semana, cuando antes se trabajaba con una zafra temprana hasta en tres turnos rotativos, desde fines de febrero hasta noviembre”.
En materia productiva, Caprarulo agregó que “tuvimos una seca tremenda en Entre Ríos y Corrientes, lo que hizo que la fruta no alcanzara los calibres necesarios para poder competir. La zafra de este año será sin dudas peor que la del año pasado”.