Es como si el precio del pescado (que se extrae de la naturaleza) sirviera como base del precio de la carne bovina (que proviene de un proceso productivo). Pero así están las cosas en la Argentina, donde el gobierno ya no disimula que prefiere a ciertos sectores extractivos por sobre los productivos. Y por eso se tomó el precio de las naftas de la petrolera estatal YPF para definir un nuevo aumento de los precios del bioetanol renovable originado en la caña de azúcar y maíz.
“En función de la información suministrada por YPF SA respecto de la variación de los precios implementada con fecha 3 de noviembre de 2022 para las naftas grado 2 y 3 comercializadas a través de las estaciones de servicio de su propiedad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, resulta pertinente fijar y publicar en la página web de esta Secretaría el precio de adquisición del bioetanol elaborado a base de caña de azúcar y de maíz, para las operaciones a llevarse a cabo a partir del 3 de noviembre de 2022 y hasta que un nuevo precio lo reemplace”.
Así sin vueltas lo dice la resolución 777/2022 de la Secretaría de Energía, que fue publicada este jueves en el Boletín Oficial y que fijó en 118,4 pesos por litro el precio de adquisición del bioetanol de caña y de maíz, que YPF y el resto de las petroleras deben comprar para cortar en al menos un 6% con la nafta que producen a partir de componentes fósiles.
El aumento, en realidad ajuste por inflación, es de apenas 6 pesos por litro, dado que desde octubre de 2022 el valor definido por Energía para el bioetanol detinado al corte obligatorio con nafta era de 112,8 pesos por litro.
Por otro lado, la resolución recordó que “el plazo de pago del bioetanol elaborado a base de caña de azúcar y maíz no podrá exceder, en ningún caso, los 30 días corridos a contar desde la fecha de la factura correspondiente”.