Tardó, tardó. Pero finalmente llegó. Luego de varios años de trámites y de muchas presentaciones, los productores de membrillos de ciertos valles de San Juan podrán comercializar el dulce de esa fruta bajo la denominación de origen “Dulce de Membrillo rubio de San Juan”.
La Resolución 14/2018 del ex Ministerio de Agroindustria aprobó el protocolo de producción del “dulce de membrillo rubio de San Juan” y reconoció la denominación de origen (DO) para ese producto. Se suma así a una lista pequeña de alimentos que ya han cumplimentado estos difíciles protocolos: son el Chivito Criollo del Norte Neuquino, el salame típico de Colonia Caroya, el salame de Tandil, el cordero patagónico, y el melón de Media Agua, también de San Juan.
Esta nueva denominación de origen refiere a los productos surgidos de un área de producción claramente delimitada a seis valles agrícolas de la provincia cuyana: los de Tulum, Jáchal, Calingasta, Iglesia y Ullum-Zonda. Allí, según explica el protocolo aprobado por esta resolución, se produce un membrillo de las variedades criollas o Champion, de color claro o “rubio”, y con otros parámetros muy diferentes a las variedades tradicionales.
La aprobación final de esta DO estaba pendiente desde noviembre de 2016, cuando se realizó la séptima reunión de la Comisión Nacional Asesora de Indicaciones Geográficas y Denominaciones de Origen conforme a la Ley 25.380, para abordar el reconocimiento solicitado por los productores de membrillo sanjuaninos y allí se votó a favor de la iniciativa. Faltaba para este último paso la conformación del Consejo Regulador de la DO, que finalmente obtuvo su personería jurídica por decreto provincial firmado en julio pasado.
Los trámites, sin embargo, tienen una historia mucho más larga. Desde el año 2012, bajo la consultoría del licenciado Dante Heredia, se desarrollaron investigaciones científicas, estudios históricos y pruebas para determinar que este dulce de membrillo “rubio” merecía tener una consideración especial. En total unas 12 empresas sanjuaninas que elaboran esta confitura, más 12 escuelas agrotécnicas y varios elaboradores artesanales participantes del Comité Promotor.
El dulce de membrillo “rubio” de San Juan es un producto típico reconocido en toda Argentina por su calidad particular, derivada del origen de los membrillos y una profunda tradición en su elaboración, que data de más de dos siglos. Es un alimento artesanal emblema de la provincia, pues lleva la impronta de generaciones de sanjuaninos que han sabido transformar los membrillos cultivados bajo el sol sanjuanino -más de 300 días en el año, gran heliofanía, riego con agua de deshielo de la cordillera de los Andes- en un dulce muy diferente al dulce industrial o al genérico, que es el que se consume en todo el país producido por grandes empresas, y que es de color “oscuro” (marrón o rojo bermellón) y tiene una textura, consistencia, aroma y sabor bien diferente al que ahora protege la DO.
En la provincia existen unas 700 hectáreas aproximadamente de esta pomácea, de las cuales unas 500 hectáreas están en Jáchal. Se estima que de 1.000 a 1.500 familias realizan el cultivo y la elaboración del dulce de membrillo artesanal.