El contexto geopolítico está impulsando las exportaciones sudamericanas de poroto de soja y las estadísticas oficiales ya dan cuenta de ese fenómeno.
La Secretaría de Agricultura proyectó para el ciclo comercial 2024/25 de la soja argentina (abril de 2025 a marzo de 2026) que las exportaciones de poroto de soja serían de 8,20 millones de toneladas.
Sin embargo, nos encontramos en los inicios del mes de agosto y ya se declararon embarques de soja 2024/25 por 8,09 millones de toneladas, una cifra que va camino a duplicar las 4,68 millones declaradas en el ciclo 2023/24.
La razón detrás de esa aceleración no es otra que la demanda china, que está aspirando volúmenes gigantescos de soja sudamericana con el propósito de recomponer reservas internas de la oleaginosa en un contexto de conflicto comercial con EE.UU.
Para el presente mes de agosto las Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de poroto de soja suman 597.903 toneladas, mientras que para septiembre son de 1,827 millones y para noviembre de 65.000.
Con semejante performance, es factible que la estimación de exportación de poroto de soja en 2024/25 deba ser ajustada al alza en el próximo informe oficial de la Secretaría de Agricultura.
La noticia ciertamente no es buena para la industria aceitera argentina, que observa como la demanda china está succionando mercadería de la plaza argentina “a dos manos”, lo que complica la originación de soja con fines industriales.
Lo que sucede en la Argentina en “pequeño” ocurre en “grande” en Brasil, donde la demanda china está actuando de manera tan intensa que los valores FOB de la sola en Brasil se encuentran muy lejos de los precios de exportación de la Argentina y EE.UU.