Este lunes comenzó a regir la tercera edición de la devaluación sectorial por tiempo limitado denominada “dólar soja”, una medida que los participantes del ámbito agroindustrial argentino venían anticipando hace meses.
La medida se instrumentó junto con el “dólar agro” que potencialmente abarca a la mayor parte de los productos agropecuarios.
Si bien en ambos casos el tipo de cambio especial es de 300 $/u$s, para el complejo sojero el régimen estará vigente hasta el 31 el mayo, mientras que para el resto de los productos la posibilidad de obtener 300 pesos por cada dólar ingresado de manera anticipada expira el 31 de agosto inclusive.
En el caso de la soja, el decreto 194/2023 –publicado este lunes en el Boletín Oficial– especifica que los pesos obtenidos en el marco del régimen deben ser destinados exclusivamente para comprar soja en el mercado interno, lo que incluye las operaciones “a fijar” y aquellas realizadas en la modalidad disponible del Matba Rofex.
La soja adquirida en el marco del programa debe posteriormente ser acondicionada y/o procesada para exportarse como poroto, harina y aceite de soja, además de biodiésel (que se elabora con aceite de soja).
El decreto también determina que la recaudación incremental generada en materia de derechos de exportación el régimen del “dólar soja” –producto, en definitiva, de la emisión monetaria– se destinará a “financiar programas que tengan como objeto atender a los efectos negativos de la sequía”.
Tal como sucedió en las dos primeras versiones del “dólar soja”, la liquidez generada por las ventas realizadas en la tercera edición de ese régimen y el nuevo “dólar agro” podrán ser derivadas a cuentas especiales en pesos que se actualicen de manera automática en función del tipo de cambio de referencia mayorista Comunicación “A” 3500 del Banco Central (BCRA) “en los plazos y condiciones que establezca la normativa complementaria de dicha institución”.
Gobiernan mal porque no tienen formación técnica ni social. Es decir, los funcionarios en general no saben lo wue tienen que hacer ni conocen los fenómenos sociales. Solo saben hablar y servirse del país en vez de servirlo. Son unos sofistas, unos charlatanes. En todos los gobiernos es así. No tenemos buenos representantes. Además está la corrupción. Los negocios sucios contra los intereses del Estado..
La consecuencia es el país de “BANANAS”, la recordada película de W. Allen. En ese marco hay que entender las retenciones y el dolar soja. Esa es la verdad. Si de verdad hubiéramos contribuido a mejorar la situación de la pobreza podríamos estar orgullosos, pese a todo. Pero nos ROBARON el esfuerzo y hundieron al campo y al país. ¿Y ahora?