Lo que arrancó como una sensación ya se confirmó de forma rotunda: justo cuando más divisas precisa la economía, faltan contenedores para sacar la producción del país al exterior.
Bichos de Campo introdujo el tema a partir de un informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) que indicó que según estadísticas del mes de junio, se registró una caída en las exportaciones lácteas no por temas de oferta sino por cuestiones logísticas. Lo cierto es que este problema es el de muchos sectores que temen por el incumplimiento de sus obligaciones comerciales.
Alarma por una fuerte caída de las exportaciones lácteas en junio: Faltan barcos y contenedores
Ahora bien, ¿qué ocasionó este desbarajuste logístico? Para responder eso hay que distinguir el escenario nacional del internacional.
Un informe de la empresa de logística global Hillebrand consideró que la pandemia fue la principal causante de que se desajustaran los protocolos habituales del comercio internacional. La logística es impulsada por las fuerzas de la oferta y la demanda y las mismas se modificaron a partir del 2020.
Tal es así que en el primer trimestre de este año se embarcaron 43 millones de TEUs -unidad de medida usada en el transporte marítimo que equivale a contenedores de 20 pies-, un récord histórico (7% por encima del primer trimestre de 2019). El mes de abril de este año superó en un 20% al mismo periodo del año anterior.
La mayor parte del crecimiento de las importaciones se registró en Estados Unidos, que aumentaron un 39% en los primeros cuatro meses del año. De ese número, un 70% eran productos de origen asiático. A este escenario hay que sumarle que la capacidad naviera sólo creció un 2,6% en 2020 y un 3,8% en el primer trimestre de 2021.
2021-07-15 HILLEBRAND - Julio 2021- Situación logística transporte mundial¿Qué produjo esto a nivel mundial? Un retraso en los buques de 6,5 días en promedio en la logística general, puertos colapsados, cambios en los itinerarios, suspensión de reservas y falta de provisión de contenedores vacíos.
“Con un 8 a 10% de la capacidad absorbida por las demoras y un mayor tiempo de operación portuaria, probablemente un 15% a 20% de la flota mundial de contenedores está virtualmente bloqueada, sobre todo los contenedores de 20 pies”, indicaron en el informe.
Vayamos ahora al plano local. En primer lugar Argentina es una gran demandante de contenedores refrigerados ya que exporta muchos productos frescos a otros países. Dichos contenedores no son los que más abundan, o mejor dicho, no son los que más espacio reservado tienen en los buques que deben asegurarles la energía para funcionar. Esto hace que el conseguirlos y lograr su posterior envío sea un tema serio, y por eso se manejan con reservas muy anticipadas.
A ese panorama se le agregan cuestiones estacionales que incrementan aún más su demanda. En estos momentos, por ejemplo, se está llevando adelante la cosecha de cítricos que hace que las empresas exportadoras estén solicitando mayor cantidad de contenedores.
En segundo lugar, el sector portuario ha afrontado números reclamos sindicales durante la pandemia, lo que desencadenó en numerosas jornadas de parálisis logística y retraso de los itinerarios previamente acordados.
Sofía García, coordinadora de Comercio Exterior y Negociaciones Internacionales del Centro de Empresas Procesadores Avícolas (CEPA), indicó a Bichos de Campo que los inconvenientes que nuestra industria afronta a raíz de esto son: “escasez de contenedores reefers, baja disponibilidad de booking (reserva de lugar en cada barco, porque vienen completos desde Brasil principalmente), roleos masivos de cargas ( postergación de contenedores con reserva confirmada a un barco posterior), exclusión de puertos argentinos de las rutas habituales”.
“Todo esto trae aparejado aumento de costos e incumplimiento comercial, restando aún más competitividad a los exportadores argentinos, principalmente a los medianos y pequeños, con menor poder de negociación con las navieras”, agregó la especialista.
Este último punto no es menor ya que en el marco de una fuerte demanda mundial de contenedores, las empresas navieras optan por trabajar con aquellos países que tienen un historial de cumplimiento de contratos comerciales.
Esta situación quedó evidenciada en las últimas semanas, donde varios portacontenedores llegaron completos desde Brasil, sin espacio para la producción local. Aquellos contenedores que no pueden salir hacia su destino son obligados a permanecer en los puertos, donde los costos de mantenimiento, como la energía en el caso de los refrigerados, van a cuenta de las empresas exportadoras.
“Es un momento crítico, ha habido muchos problemas en los puertos. Este tema ha hecho que nuestros socios estén muy sensibles con respecto a todo lo que tiene que ver con la exportación”, señaló a Bichos de Campo Roberto Domenech, presidente de CEPA.
Por su parte Marcelo Espinosa, presidente de la Federación Nacional de Productores de Papa (FENAPP), aseguró a este medio que el faltante de contenedores hizo que mucha producción deba ser llevada a Brasil por tierra, provocando que la misma llegara en malas condiciones.
Esto se debe al aumento de costos de los fletes. Según la Asociación de Productores de Papa Semilla de la Provincia de Buenos Aires (APPASBA), el precio de un contenedor reefer de Mar del Plata a Brasil es 2500 dólares, mientras que de Europa a Brasil la tarifa es de 1200.
Desde el sector citrícola, Fernando Carrera afirmó que el precio de los contenedores ha llegado a triplicar los valores del año pasado y que a la hora de contratar un servicio, Argentina es “menos preferible” a otros países.