Los primeros registros de producción argentina de biodiésel, el renovable que se elabora a partir del aceite de soja y que se utiliza en reemplazo del gasoil, datan de 2006/07, cuando la ley de Biocombustibles original generaba el marco para el nacimiento de esa nueva industria. En 2008/09, ya se había superado el millón de toneladas de producción. Pero actualmente, por no tener un sendero claro y cambiar de modo permanente las reglas de juego, estamos peor que entonces.
Lo expone un informe publicado este viernes por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que da cuenta que en 2023 la producción local de biodiésel “llegó a mínimos del 2008, cuando la capacidad productiva era un 62% menor” que la actual.
El gráfico que acompaña la nota es elocuente, porque muestra que las ventas de biodiésel, tanto en exportaciones como las destinadas al mercado doméstico a través del corte obligatorio del gasoil que impuso aquella ley de 2006, ha sido de poco más de 800 mil toneladas en la campaña 2022/23, un volumen levemente superior al de 2007/08, que fue de 700 mil toneladas, pero inferior al logrado en 2008/09, que llegó a 1,36 millones.
Claramente la situación tiene mucho que ver con los cambios de gobierno y la modificación de las reglas de juego, tanto locales como por la caída de mercados externos. En el plano interno, la industria del biodiésel comenzó a desbarrancar en 2019, cuando también hubo un bajón de la producción para el corte producto de que el gobierno de Alberto Fernández comenzó a alterar las normas y los precios. En materia internacional, por otro lado, la Argentina perdió diversos negocios por sucesivas denuncias de dúmping.
La BCR agrega otros condimentos para explicar la baja performance de 2023. “La sequía de la última cosecha recortó la producción agroindustrial del país. Y la soja fue uno de los cultivos más castigados por la falta de lluvias. En este contexto, el biodiesel no estuvo ajeno a esta situación, considerando que en Argentina la totalidad de este biocombustible se produce con aceite de soja”.
Como sea, hay un visible recorte en la producción: “En términos consolidados, la comercialización de biodiesel 2022/23 en Argentina espera ser la mitad de lo comercializado en la campaña 2021/22. En consecuencia, nos encontramos con una producción que cayó 56% en 2023 respecto al 2022. El nivel productivo tocó mínimos del año 2008, cuando la capacidad de la industria era un 62% menor a lo que es actualmente. Asimismo, la capacidad ociosa del biodiesel argentino se acercó al 80%”.
En al gráfico inicial se nota con claridad que las que más padecieron este escenario fueron las exportaciones, que cerrarían la campaña 2022/23 con una caída próxima al 70%. “Los embarques de biodiesel al exterior terminarían la campaña representando el 31% de la comercialización total”, precisó la Bolsa.
Las ventas para el corte interno de gasoil, de todos modos, también caerán fuerte en marzo, el 28% respecto a la campaña pasada. Por ahora, se mantiene el corte hasta el 7,5% de l gasoil, aunque el gobierno de Javier Milei intentó modificar una vez más las reglas de juego en la Ley Bases, que finalmente no prosperó.
Como sea, hay una enorme capacidad instalada ociosa en las fábricas de la Argentina: Tiene capacidad para producir 10 y solo produce 2.
La BCR se consuela notando que “el inicio de 2024 muestra una producción que todavía siente los efectos de la sequía”, pero las 70.000 toneladas de enero se muestran 15% por encima del mismo mes del 2023, aún 25% debajo del promedio de los últimos cinco años.
“Con una mejora de los precios y las condiciones comerciales, se viene reactivando la dinámica exportadora del biodiesel argentino de cara a la nueva cosecha. Se espera una mejora en los despachos al exterior con la nueva campaña”, afirman los técnicos.
Estás tecnologías pertenecen a las llamadas mundialmente Green washing ya denunciadas en el mundo por su línea de valor contaminante.Vulneran derechos ambientales ya comprobados.Pero si son un gran negocio pero es eso ,negocio ,no se comprende porque la insistencia de ocultar el balance negativo ambientalmente hablando es como ocultar la contaminación del petróleo.