En la Argentina la aprobación del trigo HB4 despertó una gran polémica porque se trata del primer trigo transgénico aprobado para su cultivo a nivel global, superando los miedos a una reacción negativa de los consumidores que temen a ese tipo de tecnologías. En ese caso, se introdujo un gen del girasol en el ADN del cereal, para aportarle mayor tolerancia a condiciones de sequía.
En Chile, y con ensayos que ya se realizan en la Argentina junto al histórico semillero Buck, una empresa formada por tres jóvenes investigadores está desarrollando un trigo que también podría resistir a la sequía, pero que no sería transgénico sino logrado por la llamada “edición génica”. En este caso la herramienta biotecnológica es cortar la cadena del ADN del trigo para eliminar algún rasgo determinado, sin la incorporación de genes de otra especie.
En el último congreso de Aapresid, Daniel Norero, un ingeniero agrónomo de 32 años que integra esa startup chilena, llamada Neocrop Tech, brindó a Bichos de Campo algunas pistas sobre esta iniciativa, que está en etapas preliminares. La firma afirma que realiza “fitomejoramiento del siglo XXI”, combinando diversas tecnologías en edición de genes, mejoramiento acelerado e inteligencia artificial para “revolucionar los programas de mejoramiento tradicionales”.
Incluso desafía: “Nuestra plataforma de tecnología de precisión nos permite generar nuevos cultivos en un tiempo récord, solo en 4-5 años”. Junto a Norero también forman parte del emprendimiento Francisca Castillo, que es bioquímica con un doctorado en ciencias agrarias, especializado en genética; y Sebastián Castillo, un ingeniero informático especializado en inteligencia Artificial.
Mirá la entrevista con Daniel Norero:
-¿Entonces están enfocados en el mejoramiento genético con nuevas tecnologías?- le preguntamos a Norero.
-La idea es bajar los tiempos tan largos que tenemos para desarrollar una nueva variedad agrícola. Son 12 o 15 años para sacar una nueva variedad de trigo, por ejemplo, u otro cereal. Nosotros queremos acortar esto a un máximo de cinco años, porque no tenemos el tiempo con los desafíos climáticos y agrícolas actuales.
Durante la entrevista, Norero desborda optimismo, dice que es posible. ¿Pero cómo? Ahí cuenta que en su empresa “apilamos tres tecnologías en la plataforma. Una edición genética, que son tijeras moleculares de medición muy precisas. La segunda tecnología que nos apoya es un software para poder hacer proyección de genes candidatos. Y la tercera tecnología que usamos es el Speed Green, una técnica que está cada vez más de moda. La usan varias startups y algunas empresas, que es básicamente en cámara cerrada de cultivo, para acelerar los crecimiento de las planta en período de siembra y cosecha muy cortos”, describe.
Luego aclara: “Esto es un cambio muy preciso, dirigido. Esto no es transgénico, esto es distinto. No se agrega ningún gen de afuera, al menos en el producto final que sale a mercados”.
-¿A qué variaciones extremas del clima se le hace frente al apurar estos procesos?
-Controlar los factores de humedad, de temperatura. Por ejemplo en trigo uno necesita 4 a 6 meses para cosechar en campo y esperar al siguiente año para volver a cosechar la semilla. Lo más rápido que pueden hacer (las semilleras tradicionales) es mandar esta cosecha a contrastación al Hemisferio Norte para obtener una segunda cosecha en el año. En este sistema de Speed Dream nosotros podemos sacar seis cosechas continuas en el año. Nos demoramos solamente dos meses en cosechar.
-Supongo que para hacer todo eso se necesita de una estructura, un laboratorio con invernaderos…
-Nosotros tenemos un laboratorio en Valdivia, en el sur de Chile. Tenemos capacidades de biología molecular de origen de cultivo in vitro y nos asociamos por el momento con clientes, que son empresas semilleras en Chile y Argentina, que tienen alrededor del 15% del mercado de semillas de trigo (en el caso local, Norero mencionó a Buck semillas, uno de los criaderos históricos). Buscamos ser un brazo tecnológico de las instituciones de investigación agrícola.
-Uno diría que en Chile deberían estar investigando en vides, en frutas. ¿Por qué están enfocados en cultivos extensivos como el trigo?
-Por el background del equipo nos enfocamos en cereales. Igual consideramos que son desafíos importantes el trabajo con el trigo. Es un cultivo de importancia social. También estamos iniciando con harina, con papas, que son parte importante de la dieta. Pero no descartamos el trabajo con frutales. No obstante, ya hay una startup en Chile que aplica esta tecnología en frutales.
-Nos detenemos es el trigo, que es un cultivo emblemático de la Argentina. ¿Qué rasgos están investigando?
-Partimos desarrollando un trigo alto en fibra. Estamos apuntando a aumentar diez veces la cantidad de fibra dietética del trigo, porque eso tiene beneficios en salud, en control de peso, en salud digestiva, sin perder rendimiento agrícola, porque esto se ha logrado con un trigo convencional pero a costa de bajas de rendimiento. La genética fue positiva.
Norero destaca que la particularidad del proyecto de Neocrop está en que las modificaciones génicas se realizan en cultivos comerciales y no se quedan en el experimento. Así han podido avanzar en otro proyecto, que hasta el momento planean tanto en Argentina como en Chile, para desarrollar tolerancia a la sequía también en trigo. Como el HB4, pero mediante edición génica.
“Es difícil trabajar lo que es tolerancia a la sequía con técnicas en general biotecnológicas. Es complejo, porque es un rasgo que depende de muchos genes. O sea, no es dirigirse a uno o dos, a veces son diez o veinte genes, y tienes otros otras respuestas que cambian de la planta. Pero tomamos el desafío y estamos trabajando en varios enfoques. El trigo alto en fibra, te puedo decir que puede estar en el campo en unos tres años”, asegura el investigador.
Estimadxs, tengo entendido que en el INTA de Marcos Juárez lograron un trigo resistente a la sequía por mutagénesis, hace años ya. Obviamente no está hecho para glufosinato de amonio. Por qué no entrevistan al Dr. Lucio Lombardo allí? Saludos
El avance de la ciencia en semillas es muy necesario para superar las condiciones climaticas que se pronostican. De la misma manera el avance en la salud humana de las sustancias a las que nos veremos expuestos es fundamental. Desde el Programa de Salud Ambiental y la Unidad SocioAsistencial de Salud Ambiental del Hospital Italiano, contamos con los desarrollos necesarios para evaluar y prevenir las enfermedades nuevas que se podrían introducir por los cambios en el eco-sistema que estos nuevos desarrollos producen. Ya medimos glifosato en orina e invitamos a financiar las investigaciones en Salud Ambiental (por ej la puesta a punto de la medición de glufosinato). Intresados, contactarnos: epidemiologia@hiba.org.ar