Una prohibición judicial ha sacudido al mundo agropecuario en las últimas semanas. Se trata del fallo del tribunal supremo entrerriano que impide el uso de agroquímicos en un radio de 1.000 metros de todas las escuelas de la provincia cuando se aplican con máquinas terrestres y de 3.000 metros para las aplicaciones aéreas. La suma de las superficies que sufren la veda llega a 282 mil hectáreas y es comparable con todo el trigo que se cultiva en dicha provincia.
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Desde las entidades agropecuarias y hasta el mismo Gobierno provincial, han puesto el grito en el cielo ante ese fallo judicial que provocará incontables perjuicios económicos a los productores vecinos de alguna escuela rural, que los encuentra justo en el arranque de la campaña 2018/19. Incluso un productor pequeño, en cercanías de Paraná, ofreció prestar sus 70 hectáreas a grupos ambientalistas o productores que le muestren cómo se puede producir sin usar agroquímicos.
Pero un técnico del INTA (Instituto Nacioanl de Tecnología Agropecuaria) intentó quitar dramatismo a esta situación y afirmó, en base a una serie de ensayos realizados en distintos puntos del país, que es posible producir sin utilizar insumos de síntesis química, incluso apuntando a obtener los mismos rindes y con un mucho menor costo.
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“No están prohibiendo la producción”, comenzó César Gramaglia, técnico del INTA Villa Dolores, ubicado al oeste cordobés. “Existen tecnologías productivas que hacen posible la producción de alimentos saludables sin usar agroquímicos”, enfatizó.
“El sistema de siembra directa bajo el cual están cultivadas 33 millones de hectáreas en nuestro país trajo muchos beneficios en su momento. La cobertura en el suelo frenó la erosión, además de otros beneficios. Pero trajo aparejado una altísima dependencia a productos químicos y fertilizantes artificiales, los que traen mucho impacto en el ambiente y en los costos de producción”, describió Gramaglia.
Luego destacó que hasta productores de los Grupos CREA se están interesando ahora por un modelo sin químicos. “Ven que se está reduciendo su rentabilidad y que con principios agroecológicos pueden lograr sistemas más productivos, tanto desde el punto de vista ambiental, social y productivo”, contó.
Escuchá los dos tramos de la entrevista a César Gramaglia en Bichos de Campo:
Gramaglia contó que desde el INTA ensayan con sistemas sin químicos en las experimentales de Barrow, Pergamino, Marcos Juárez, Oliveros y Reconquista. “En Barrow han logrado rendimientos de trigo de 5.000 kilos por hectárea -similares a los que usan químicos- y con un costo mucho más bajo, de 150 dólares por hectárea versus 500 dólares que se están gastando” en los planteos tradicionales, dijo.
Según el técnico, “podés tranquilamente reemplazar el uso de fertilizantes consociando al trigo con leguminosas como el trébol, que tienen rápida cobertura y aporta nitrógeno atmosférico fijado por simbiosis con las bacterias de su rizosfera. Y para control de insectos y hongos, existen muchísimos productos Bio en el mercado que controlan bien cada plaga”. Especificó que existen bacterias para controlar hongos como la roya, por ejemplo.
“Existen muchísimas experiencias exitosas. Hay casos desde una hectárea hasta 4.000 hectáreas”, dijo el profesional, en referencia al caso de la famosa Estancia Las Dos Hermanas en Córdoba.
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Por último, Gramaglia le cerró la puerta al concepto de buenas prácticas agrícolas. Desde su visión, “no existe la buena aplicación. Hay un montón de tipos de deriva, además de la primaria que sale del pico de la pulverizadora y va a parar a otro lado. Hay derivas secundarias y hasta terciarias más tarde. Está comprobado que a la planta solo le ingresa un 10% del principio activo, y que el 90% restante queda en el sistema y puede volver a la atmósfera por evaporación. El doctor Damián Marino ha registrado glifosato y atrazina en agua de lluvia en la ciudad de La Plata”, comentó.
Se está poblando de chantas el INTA
El único sistema agro ganadero de producción eficiente, sustentable, saludable y rentable es el sistema ecológico sin el uso y abuso de agrotóxicos. El INTA, tiene sobrada experiencia en la materia pero como siempre en un país colonial como la Argentina, tiene más credibilidad la “instrucciones de uso” de Monsanto que los trabajos realizados por argentinos durante décadas. A un país con dirigentes políticos y productores infradotados no le queda otra que morir envenenado. ¡Genial el fallo del Juez! Es para aplicarlo a todo el país. ¡Fuera Monsanto!