Hace más de tres semanas, exactamente el 9 de abril pasado, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció: “Se tomó la decisión de modificar la dosis de la vacuna aftosa para el ganado bovino, para que pase de ser tetravalente a bivalente. Este es un beneficio para 200.000 productores ganaderos, que ya no van a depender del precio de un solo laboratorio, sino que van a tener acceso a múltiples laboratorios que les puedan ofrecer la vacuna y, por supuesto, ahorrar o tener un costo muchísimo menor en cada una de las dosis”.
Unos días antes, el laboratorio Tecnovax había puesto gobierno de Javier Milei en ese dilema, que se resolvió a favor del cambio anunciado por Adorni e impulsado por otras figuras de peso en el entorno de Javier Milei, como el economista Federico Sturzenegger.
La firma, que no produce la vacuna en el país pero sí muchos otros insumos veterinarios, se propuso romper con un mercado dominado en los últimos 20 años por solo dos o tres laboratorios que producían la vacuna tetravalente (la única autorizada en la Argentina). Para romper con las posiciones dominantes en el negocio de la aftosa, Tecnovax ofertó importar a mitad de precio 15 millones de dosis desde Brasil, pero bivalentes, es decir con cobertura a solo dos cepas. La empresa aseguró que podía llegar a vender cada vacuna a 1 dólar, como en los países vecinos, cuando aquí el laboratorio líder, Biogénesis Bagó, ofrecía la suya esta campaña a cerca de 2 dólares.
Cuando Adorni hizo el anuncio de esta desregulación, que según el gobierno no traería aparejado ningún riesgo sanitario porque con dos cepas se lograba suficiente cobertura y además no ha habido presencia de fiebre aftosa en el país ni en la región desde 2006, Tecnovax aspiraba a poder importar sus vacunas para la primera campaña de vacunación, que había arrancado masivamente el 11 de marzo y en algunas zonas se extendería hasta junio. Pero la mayor parte de ese trabajo ya concluyó y todavía no se ha publicado ninguna normativa específica en el Boletín Oficial. El Senasa todavía no publicó la resolución que permitiría el uso de vacunas bivalentes en el país.
Ahora, según se desprende de declaraciones realizadas este viernes por el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, tampoco está asegurado que las vacunas importadas desde Brasil puedan ingresar para la segundo campaña de vacunación, que usualmente comienza a principios de octubre y abarca especialmente a los animales menores.
En una visita a la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, según una cobertura realizada por el diario La Nación, el funcionario “fue consultado por los académicos sobre las certificaciones que se deben otorgar para la importación de la vacuna antiaftosa”.
Vilella contestó que esos medicamentos veterinarios “antes de ingresar se deberán atravesar todos los trámites que corresponden a la verificación de la calidad partida por partida. Esto significa que tiene que ser inyectada en los animales y hacerse controles entre cuatro meses. También se hará la verificación de la aparición de una respuesta inmunológica a la vacuna”, según relata el diario que tuvo acceso a la reunión.
Si sumamos los cuatro meses que demandarían esos controles, y el resultado es positivo, Tecnovax recién contaría con los permisos del Senasa para realizar la importación para comienzos de septiembre, es decir que le quedaría solo un escaso mes de tiempo para montar el operativo de venta y distribución. Y si estas pruebas llegaran a tardar unas semanas más, estaríamos llegando a principios de octubre, justo cuando comienza la campaña de vacunación.
Si este fuera el escenario, las vacunas a mitad de precio recién podrían comenzar a beneficiar al productor local en la primera campaña de vacunación 2025, es decir casi un año después del anuncio realizado por el vocero Adorni. Vale decir, de todos modos, que el laboratorio líder -una vez conocida la decisión oficial de una apertura de este mercado- redujo los valores de su producto tetravalente un 23%, e incluso está devolviendo dinero a los ganaderos.
“Se va a seguir toda la reglamentación para la habilitación de las partidas de vacunas, sean nacionales o importadas. La normativa va a estar saliendo en las próximas semanas. El Senasa lo va a establecer, son ellos el cuerpo técnico, hay un procedimiento y ese procedimiento es que cada partida que viene tiene que ser inyectada en animales y esos animales en tres o cuatro meses se verifica que la vacuna sea efectiva. Este es el procedimiento hoy; esa es la normativa que hay hoy para cualquier vacuna que quieras aplicar y eso se va a aplicar sea nacional o se importaba”, aclaró Vilella luego directamente a La Nación.
El funcionario explicó tantas precauciones en sus propios temores a quedar marcado en la historia como le sucedió a los funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa (básicamente al ex secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray), luego de la crisis por la reaparición y ocultamiento de la fiebre aftosa en 2001.
“No quiero que aparezca de nuevo la aftosa y ser responsable de eso; y tampoco ocultar información como pasó en algún momento donde fue vergonzoso porque hubo una consistencia malograda que provocó que durante más de dos décadas no pudiéramos encontrar mercado en Estados Unidos”, dijo el actual secretario del área.
Perdón leí 1 dólar? En Paraguay la bivalente cuesta 37 cts de dólar nos siguen robando