En la gestión de Mauricio Macri, Guillermo Bernaudo ocupó altos cargos en el entonces llamado Ministerio de Agroindustria, como Jefe de Gabinete y como secretario de Agricultura. Aunque continúa con su labor política pensando en volver en 2023, “Willy” volvió al llano, a trabajar en campos de terceros en La Paz, Entre Ríos, su pago.
Han transcurrido ocho meses desde el cambio de Gobierno y Bernaudo se mantiene siempre atento a lo que sucede a nivel de política agropecuaria. Por su experiencia en la función pública, es consciente que más allá de lo que se diga y piensa, lo que vale es lo que se publica en el Boletín Oficial. Por ahora, siente gusto a poco, aunque reconoce que Luis Basterra ha mantenido muchas de las cosas bien hechas por la gestión de Cambiemos.
¿Qué cosas quedan en pie?
Willy dice que en la anterior gestión de Agricultura se tiraron muchos centros, muchas pelotas terminaron afuera, otras pegaron en los palos y solo algunas terminaron en gol.
“Dejame que tire primero los goles. Un gol del cual todo el equipo se siente orgulloso es cómo cambió la rotación de la agricultura extensiva, de tener trigo y maíz de vuelta, prácticamente mitad y mitad con las oleaginosas. Es casi una rotación de ingeniero agrónomo, que se notó además en el mercado de los fertilizantes”, resaltó.
Bernaudo también consideró como una política exitosa la de carnes en general. “Tuvimos recuperación de las exportaciones y más frigoríficos exportadores que pudieron entrar al negocio, con la ayuda de China. Por ejemplo, en Entre Ríos y Corrientes no teníamos un frigorífico habilitado para exportar, y eso cambió, porque aparecieron tres frigoríficos con capacidad de exportar”.
Mirá la entrevista completa a Guillermo “Willy” Bernaudo:
En cuanto a las pelotas que no entraron, Bernaudo reconoció que la ley de Semillas fue una de ellas, aunque se congratuló porque avanzó mucho el debate.
Reconoció: “Más difícil fue manejar las frutas del Valle (por Río Negro y Neuquén). Creo que ahí nos fuimos bien lejos del arco, y no logramos quebrar una historia de crisis”. En referencia a la citricultura de Entre Ríos, dijo que pese a que esa economía regional también está complicada, “es menos grave que el Valle y está con un piso más alto. Luego, el olivo anduvo mejor más allá del costo del riego y el cambio tarifario”, agregó.
“Creo que la política pública es de destrabar y habilitar, dejando que las cosas fluyan, pero con la fruta del Valle no encontramos destrabar el tornillo que sigue atascando la actividad”, reconoció el ex secretario de Agricultura de Macri.
-Si volvieran al Gobierno, ¿qué es lo primero que harían, que se quedaron con ganas de hacer y que no pudieron?
-Yo me iría a la Dirección de Fruticultura, porque me quedó esa obsesión de trabajar con la fruta del Valle. Es que siento los agujeros en ciertas economías regionales. Por ejemplo, al arroz tampoco pudimos darle el impulso suficiente, incluso pese a que logramos que los correntinos concretaran varias exportaciones de arroz sin procesar, lo que ayudaba a fijar el precio interno. Con la forestación también, siento que hay mucho por hacer aunque hayamos podido ponerla en marcha. Ahora vemos con preocupación que se haya frenado el Seguro Verde, y que en última instancia implicaba que los usuarios de autos subsidiaran la forestación en Argentina, cosa que no estaba mal.
-El seguro verde permitió cancelar planes forestales muy viejos. ¿Desde qué año estaban pendientes de pago?
-Lo más viejo que teníamos era 2007, y nos retiramos con todo al día.
-¿O sea que diez o doce años después el tipo cobró la forestación que había hecho en 2007?
-Si, pero en moneda fija, porque lo que vas aprobando va al valor del año, y nos quedamos con la satisfacción de haber quedado al día.
-¿Cómo evaluás la actual gestión de Agricultura?
-Yo veo algunas cosas manteniéndose. pero me dan lástima otras que se caen, como por ejemplo el Seguro Verde. Pero eso es más un problema de la macro que de la gestión en sí, porque la administración forestal sigue con la misma visión lo cual me parece muy positivo. Luego, en agricultura extensiva, veo que la actitud del Ministerio en general mantiene una continuidad, aunque es cierto que con el tema de retenciones son distintos. Después, veo con preocupación algunas cosas que quizás no se ven, que son lugares oscuros, tales como la demora en los pagos del Fondo Especial del Tabaco (FET) o el relajo de la fiscalización en pesca.
-¿Qué te preocupa en esas áreas?
-En cuanto al FET, esas demoras de pago se empiezan a convertir en una cuestión política. Si algo nos enorgullecía de la gestión era haber automatizado los pagos del FET, es algo que no tiene por qué tener un poder político. No debería haber margen para apretar provincias con eso. En cuanto a los FOB de trigo, también vemos alguna preocupación, por un desfasaje que no ayuda a fluir a las exportaciones, y esperamos que no sea el primer paso de una política equivocada.
-Manejar los precios FOB en trigo apunta a frenar exportaciones. Es un “morenismo” elegante y sofisticado en definitiva
– Si, nos preocupa un poco verlo, porque siempre hay algún desfasaje en FOB. Por ejemplo, un FOB que siempre tenía discusión era en el maní o en el arroz, porque generan muy poco precio de referencia. Pero en el trigo hay suficiente precio de referencia como para que esos desfasajes sean ocasionales y no sean los que estamos viendo con tanta continuidad.
-Al menos por ahora, este Gobierno no parece tener la vocación de trabar embarques…
-Si, por ahora. Personalmente lo veo con una continuidad y con el péndulo que se mueve poco, aunque con preocupaciones y observaciones.
Willy dice que otra cosa que les preocupa “es que hay autorizaciones pendientes de parte de frigoríficos que las están pidiendo en el marco del Covid-19, y la gente no puede ir a trabajar. Pensemos que la gente de carne del Senasa y de frigoríficos es una actividad con mucha edad y baja renovación; entonces enseguida nos dicen que es gente de edad y con riesgo, pero esperemos que esto no se trabe, porque aumentar la participación de frigoríficos en las exportaciones también te ayuda a ordenar el mercado. Cuanto más abrís el juego, es más sano para todos”.
-¿Cómo ves al Foro Agroindustrial recientemente creado? ¿Le creés?
-Yo ya no soy funcionario público, pero soy alguien de la política, y siento que tengo que ser muy respetuoso de una organización que junta más de 50 cámaras. No podés negar ese valor. Sobre lo que proponen, creo que hay que revisar los números, ya que viéndolo de afuera los veo con un poco de voluntarismo, y entiendo que hay algunos sectores con mucho peso defendiendo interese propios, lo que es obvio. Es decir, nadie va a un club de beneficencia. Por eso creo que están construyendo los equilibrios entre los intereses propios de cada uno. Hay que ver cómo evoluciona ese proceso, pero ya sentarse a conversar es un valor, que estar en trincheras diferentes. Lo veo con expectativas y espero que haya un equilibrio de intereses, porque los negocios y la política no se manejan por generosidad.
-¿Tienen ganas de volver al Gobierno?
-Aspiro a que el espacio político vuelva en 2023. Creo que para que exista democracia debe haber posibilidad de alternancia. Podés tener tres gestiones de un mismo color, pero siempre tiene que estar latente la posibilidad de que el otro llegue, porque eso es lo que genera controles, y lo vemos en una democracia sana como la uruguaya. Nosotros tenemos que mantener una alianza con posibilidad de llegar al poder, porque eso es sano para la democracia y para la mejor gestión de nuestros adversarios. Por eso es importante que Juntos por el Cambio mantenga una unidad y yo personalmente aspiro a que lleguemos a ser Gobierno en la provincia de Entre Ríos.