Un estudio de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) sobre los márgenes agrícolas esperados para el principal cultivo de esa provincia, el maíz, concluyó que se espera una alta rentabilidad promedio a pesar de la caída de los rendimientos provocada allí por la sequía. La explicación es que la fuerte suba de los precios de ese grano en el mercado internacional servirá para compensar con creces los recortes productivos. Chicago, te amamos. Si los precios hubieran seguido siendo los mismos que en 2020, la inmensa mayoría de los productores cordobeses hubiera perdido plata.
“La tasa de rentabilidad promedio de Córdoba en la campaña 2020/21 se estima en 37% para el maíz temprano y 29% para la siembra tardía”, define el trabajo del equipo de economistas de la BCCBA. La rentabilidad se calcula como promedio, pero se modifica brutalmente de un campo a otro y de una región con altos rendimientos, como el sudeste de Córdoba, a otras zonas agrícolas marginales ubicadas más al norte.
De acuerdo a este análisis, la clave de que el negocio arroje tan buenas tasas de retorno fue la fuerte suba de los precios del maíz en Chicago, que fueron incluso superiores a los de la soja. Hace un año, el maíz cotizaba allá a 121 dólares por tonelada y ahora, que ya se está cosechando, lo hace a 258 dólares. En pesos, el productor local cobraba a esta altura de 2020 unos 7.925 pesos, y ahora puede vender su grano en cerca de 19.900 pesos. Un sueño.
Esta notable suba global, de acuerdo con la Bolsa, alcanzará para que nadie lamente (salvo en casos extremos, claro) la caída de los rendimientos de maíz, tanto en la siembra de variedades tempranas como tardías. En el primer caso se registraría una caída del rinde promedio provincial de 5 quintales por hectárea. En el maíz que se siembra tarde, se esperan 9 quintales menos que en la campaña anterior.
“De haberse mantenido los precios del cereal que se vieron la campaña previa, la rentabilidad de ambos planteos sería negativa en el orden de -26% y -24% respectivamente”, se ocupó de aclarar la Bolsa.
Según las planillas de márgenes realizadas por la bolsa cordobesa, el resultado económico podría llegar a 281 dólares por hectárea para el planteo más largo, y de 219 dólares por hectárea en una siembra de ciclo corto.
En este entorno, la sequía que afectó a la principal región maícera del país casi que quedará como una anécdota. El análisis recordó que “a fines de 2020 se esperaba un rendimiento promedio de 60 quintales para la provincia de Córdoba, debido al pronóstico de La Niña, que prometía precipitaciones por debajo de lo normal. Aun así, el clima mejoró durante los primeros meses de 2021, llevando a una mirada más optimista. Actualmente, se espera un rendimiento promedio de maíz temprano de 76,8 quintales, y 77,3 quintales para el maíz tardío”.
La tasa de rentabilidad de la actividad, en este escenario, se estimó en 37,1% para el maíz temprano en Córdoba, lo que implicaría un incremento de 37 puntos respecto a la campaña anterior. Si bien el rendimiento del cereal sería un 6% menor este año, su precio se negocia en el mercado de futuros a un valor que es 82 dólares mayor al de abril de 2020. Es decir, con un incremento del 64%.
Frente a esta suba, los costos directos se incrementarían 4% en promedio, debido principalmente a la suba de insumos como el glifosato y la atrazina. Mientras que los gastos comerciales bajarían en un 8% como consecuencia tanto del menor volumen transportado como del menor costo del flete por tonelada, que pasó de 27,4 dólares por tonelada en la campaña previa a 26,5 dólares actualmente.
Los dueños de los campos también podrán descorchar con la suba de precios, lo mismo que el Estado que se apropia del 12% del valor bruto de la producción de maíz por vía de las retenciones. Sucede que “parte del mayor valor del cereal sería absorbido por el aumento en el costo del arrendamiento y los impuestos”, destacó el documento de la bolsa. Así las cosas, los costos indirectos incrementarían en un 55%, mientras que los impuestos llegarían a los 158 dólares por hectárea.
Con respecto al planteo tardío, que concentra la mayor producción de maíz de la provincia, los resultados también se muestran optimistas. El rendimiento del cereal tardío en la campaña 2020/21 se espera en 77,3 quintales por hectárea, 8,9 quintales menos que el ciclo previo. Por otro lado, el precio del maíz con posición a julio se encuentra negociado en un promedio de 198 dólares por tonelada, es decir 52% mayor al valor de la campaña previa. Esto llevaría a compensar la menor producción y el ingreso total incrementaría en un 36%.
Al igual que para el maíz temprano, los costos directos se verían en aumento, debido al mayor costo de cosecha y el incremento en el precio de insumos como el glifosato y la atrazina. Por otro lado, los gastos comerciales se reducirían en un 9%, debido tanto el menor volumen transportado como por el menor valor del flete. Esto resultaría en un margen bruto de 806 dólares por hectárea.
De la misma forma que para el planteo del maíz temprano, se vería un incremento en los costos indirectos, fruto del mayor valor del arrendamiento, y una suba en los impuestos respecto a la campaña previa. El resultado económico se ubicaría en los 219 dólares por hectárea y la tasa de rentabilidad sería del 28,7%, 21 puntos básicos por encima de la tasa del año anterior.