La semana pasada se encendieron las alarmas entre las entidades de viñateros de San Juan, porque comenzó a circular el rumor de que el Grupo Peñaflor –uno de los tres grandes grupos bodegueros que tiene el mercado- estaría intentando concretar la importación de 3 millones de litros de vino desde Chile, con el argumento de que no consiguen proveedores de uva local para abastecer al mercado.
Esta situación no hizo más que preocupar a los pequeños productores a días de que finalice la vendimia. Desde hace varias temporadas los viñateros independientes vienen peleando con las grandes bodegas por la fijación de precios de referencia en la uva y en el vino a granel, acorde a sus costos productivos. Ellos recuerdan bien una importación de vino a granel desde Chile sucedida en los primeros meses del gobierno de Cambiemos, que colaboró a desplomar los precios.
“El Grupo Peñaflor dice que no hay quien le venda vino y que tiene que importar para abastecer el mercado, cosa que es totalmente falsa. No me digan que no hay vino porque hay 600 millones de litros disponibles de lo que queda de cosechas anteriores, y hay alrededor de 1.000 millones de litros de la cosecha actual. El consumo en el país está alrededor de los 1.000 a 1.100 millones. Es decir que hay vino para regalar”, dijo a Bichos de Campo Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros de San Juan.
El rumor dejó de ser tal cuando el viernes pasado el ministro de la Producción provincial, Ariel Lucero, recibió la visita de Francisco do Pico, director de Relaciones Institucionales del Grupo Peñaflor. El funcionario confirmó a este medio dicho encuentro y afirmó que se está trabajando para encontrar una alternativa antes de que se concrete la importación.
“Desde el Ministerio creemos que no hay un justificativo hoy para importar vino si tenemos disponibilidad, tanto con productores como en bodegas trasladistas que venden a fraccionadores como Peñaflor. Esto está fundado también en datos oficiales del INV que lo corroboran”, comentó Lucero a Bichos de Campo.
“Lo que me manifestaron desde el grupo es que estaban con algunas dificultades para conseguir vino. Desde estas empresas se les ofrece a los productores valores de entre 28 y 36 pesos por kilo de uva, y la importación sin duda agravaría mucho la situación si se traduce en algo especulativo para generar una disminución en ese precio. Por eso nos oponemos a cualquier tipo de maniobra del estilo”, agregó el ministro.
A pesar del rechazo de la cartera de Producción provincial, el hecho no deja de preocupar teniendo en cuenta que ya cuenta con un antecedente previo. Entre 2016 y 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, los grupos concentradores del mercado fraccionador -Peñaflor, Fecovita y RPB (Baggio)- importaron 100 millones de litros de vino desde el país vecino, lo que para los productores locales representó una mera competencia desleal. En ese entonces la maniobra fue rechaza por el gobernador Sergio Uñac, quien ahora cursa su segundo mandato en San Juan.
¿Qué reclaman los productores? En primer lugar que se paguen precios que cubran los costos productivos: 40 pesos por kilo de uva común, 50 pesos por kilo de uva blanca y entre 60 y 70 pesos el kilo de uva tinta genérica. En cuanto al vino a granel, se pide un precio mínimo de 80 pesos por litro de vino de uva rosada, también llamado blanco escurrido; 90 pesos por litro de vino de uva blanca y 100 pesos por litro de vino de uva tinta. En todos los casos, la propuesta de los viñateros es un esquema de cuatro pagos a partir de abril.
“El productor se ha puesto firme y no facturará en tanto no le paguen lo que corresponde. Y como son tres empresas las que manejan todo, se han puesto de acuerdo en no pagar lo que nosotros pedimos. Ahora salen con esta amenaza de traer de afuera. Es una maniobra extorsiva para obligar al pequeño productor a facturarle la uva al precio que quiere la bodega y ganar lo que no han ganado el año pasado y lo de este año juntos”, sostuvo Garcés.
Esto hace aún más ruido si se tiene en cuenta que la importación de vino saldría más cara que la compra de uva interna, ya que tradicionalmente el litro allí ronda los 50 a 60 centavos de dólar, a lo que se debe sumar el costo del flete.
“Las autoridades del Ministerio de Producción de la Nación nos manifestaron que no iba a haber un dólar oficial para importar vino, y que la compra sería a precio blue. Eso lo vuelve mucho más caro”, agregó el viñatero.
Pero el precio no sería el único inconveniente. Al igual que ocurrió en 2016, también se reclama que Chile no sigue las mismas normas de producción que Argentina, lo que generaría problemas en su aprobación.
“Argentina permite un 2.8% de agua exógena para la dilución de los productos enológicos. Esto se decidió hace ya cuatro o cinco años. En Chile está permitido agregar el 7% de agua, y encima usar un colorante llamado enocianina, que si bien se saca de la uva manipula al vino. La Ley del Vino dice que esa bebida es el producto que se obtiene de la fermentación del jugo de uva fresca o mosto. El mosto es la única forma de elaborar vino. A todo lo demás se lo considera fabricación de vino”, explicó Garcés.
Y a continuación ejemplificó: “En 2016 los vinos importados venían con 5000 unidades de color por la enocianina. Acá los cortaron con vino blanco y de 100 millones que trajeron fabricaron 600 millones de litros de vino tinto. Después empezó a sobrar el vino”.
Si bien hasta el momento sólo se ha confirmado de manera oficial que el único interesado en importar es el Grupo Peñaflor, distintos medios sanjuaninos ya alertan que también estaría en la puja el grupo RPB.
Bichos de Campo intentó comunicarse con representantes de Peñaflor pero sus voceros indicaron que por el momento no darían comentarios a la prensa.