El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) mantiene una estadística impecable sobre los viñedos implantados en todo el país, el color de sus uvas y los varietales. Pero lamentablemente no informa cuánto de la superficie sigue en manos de pequeños y medianos productores independientes y cuánto en poder de las bodegas, que cada vez están además más concentradas.
Esa información es clave para entender una pulseada que se repite todos los veranos, semanas antes del inicio de la vendimia. Como los racimos de uva deben ingresar a las industrias apenas cortados, pero el vino se elabora varios meses después, los productores independientes son bastante cautivos de un sistema comercial que les imponen los bodegueros. Por eso, esta temporada 2023 vuelven a reclamar un “precio justo” por sus cosechas.
Este año, esa pulseada tiene además el condimento de que todo el sector exige un dólar frutícola que retribuya algo de rentabilidad a toda la actividad. Lo prometió en noviembre el ministro de Economía, Sergio Massa, pero solamente lo aplicó a la soja para resolver sus necesidades de caja. Por eso las economías regionales siguen esperando definiciones.
“Bregando siempre por la sostenibilidad del productor vitivinícola en todo el país y basándonos en el costo de producción establecido por el INTA Junín, es que solicitamos que al productor se le pague un precio acorde con sus costos de producción (costos totales/kilogramos por hectárea) y bregando para que toda la cadena vitivinícola sea sostenible”, reclamó en un comunicado un grupo de asociaciones que agrupan a los viñateros de Mendoza y San Juan, que concentran el grueso de la producción de uva. Esas entidades recordaron que por no resolver esta puja a favor del productor, ya han desaparecido 3.000 viñateros independientes en los últimos años.
El reclamo lo firmaron la Asociación de Productores del Oasis Este de Mendoza, la Asociación de Viñateros de Mendoza, la Mesa Vitícola de San Juan, la Asociación de Viñateros independientes de San Juan, la Federación de Viñateros de San Juan y la Mesa de Enlace de productores Agrícolas de Mendoza. Todas ellas, fragmentadas y maltrechas, representan a los independientes, que en general son fincas chicas que no han podido reconvertirse hacia variedades más demandadas y por eso cosechan uvas de menor calidad que son variable de ajuste en las bodegas.
Para las uvas criollas o mezclas estas agrupaciones están pidiendo un precio “sugerido” de 100 a 115 pesos por kilo, por las blancas de calidad B se piden de 135 a 140 pesos; por las de calidad A se reclaman de 260 a 280 pesos; y por las tintas de calidad B se piden de 160 a 165 pesos; y por las de mejor calidad se piden de 230 a 240 pesos.
Aunque siempre corren con desventaja, este año los productores están en mejores condiciones de encarar esta negociación, porque las heladas tardías y la sequía produjeron (o mejor dicho prolongaron) la poca disponibilidad de materia prima. “Es notable la disminución en la producción de este año en todo el país, la cual evidentemente se sigue haciendo más aguda con los acontecimientos climáticos que siguen sucediendo. Por lo tanto, esto deberá verse reflejado en el precio pagado al productor”, evaluaron las asociaciones de viñateros.
De todos modos, aclararon que “hace años que venimos vendiendo nuestro producto a un precio inferior al de los costos, lo que ha llevado a que más de 3000 productores abandonen su actividad. Las bodegas deben entender que si seguimos este camino nos quedaremos sin productores, con todos los perjuicios sociales, económicos y habitacionales que ello provocaría para toda la sociedad”.
Una novedad es que los productores, de cara a esta negociación, también piden que los precios base sugeridos “deben ser reajustados según el IPC que mensualmente publica el INDEC desde el día de entrega de la uva hasta su efectivo pago”, que como se dijo sucederá a partir de mitad de año.
Para hacerse escuchar en este reclamo, grupos de productores se reunieron en las últimas horas en el Centro Cívico de San Juan con el ministro de Producción de esa provincia Ariel Lucero, y con el titular del INV, Martín Hinojosa, quien proviene del sector bodeguero.
“Algunas de las problemáticas destacadas por los productores fueron los daños por las heladas y el bajo precio de la uva. En este punto el sector productivo viene trabajando de manera unificada para conseguir el apoyo gubernamental y así poder negociar la manera en la cual se establece el precio de la uva. También se solicitó a las autoridades, que los apoyen para armar una mesa de negociación con el sector privado”, indicó una gacetilla del porpio INV, que relató ese encuentro.
“Se trató el tema de precios, se está hablando de un precio base estimado por el INTA, el cual consideramos que es un organismo con calidad técnica y experiencia para tener en cuenta, y en la medida que vayamos avanzando se van a ir dando distintas situaciones que esperemos sean a la mejora del productor”, indicó Hinojosa, que de todos modos aprovechó para hacer política partidaria: “Hubiera sido sumamente importante que el gobierno de la Provincia de Mendoza acompañara, ya que es una manera de fortalecer al productor”, chicaneó.