Cada vez más gente, cuando analiza la realidad agropecuaria en la actualidad, la compara con la década del 90, cuando el ex presidente Carlos Menem y su ministro Domingo Cavallo pusieron en marcha la Ley de Convertibilidad, un anclaje que sirvió para dominar la inflación pero al mismo tiempo implicó un duro desafío para los sectores productivos, pues los condenaba a un atraso cambiario en el que los productos del campo no redituaban como debieran.
¿Será así? ¿Es la política económica de Javier Milei semejante a aquella? El programa radial Colonia Agropecuaria convocó a pensar sobre el asunto a uno de los principales dirigentes agropecuarios de aquella época, Arturo Navarro, el ex presidente de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas) entre 1989 y 1993, y fue director del INTA por esa entidad entre 1995 y 2002.
-¿Se parece esto en algo a los 90?
-Sí, sí… Con la diferencia de que en los 90 no teníamos retenciones. En este momento con las retenciones creo que se agrava sustancialmente el problema.
-¿Y el problema en los 90 era el atraso cambiario?
-Pusieron el 1 a 1 (un peso igual a un dólar) porque parecía que daba bien y a lo mejor tendrían que haber puesto de arranque 1,20 o 1,25. Bueno, y después quedó y quedó. Mejoró algún día cuando subieron los precios. El primer precio que subió fue el trigo. Pero las retenciones se eliminaron totalmente y empezamos a caminar de otra forma, porque era el mismo dólar para comprar y el mismo dólar para vender en todos los insumos. Y bueno, fue muy duro el ajuste, especialmente para el pequeño productor que trabajaba siempre muy al contado. Era gran parte de los productores. Después se hizo un negocio financiero en el sector agropecuario con los pool y entraban grandes, chicos y medianos y empezamos a aprender todo de esto. A mí me pasó, realmente me costó mucho. Nosotros nos fundimos directamente en los 90 cuando se agregó una inundación en La Pampa, así que tengo para contar lo que quieran.
-¿En qué notas los parecidos con aquella época?
-Me parece que hoy estamos repitiendo y creo que el ejemplo más claro es por qué la gente se va a Brasil, a Miami o por qué van de compra a Santiago de Chile. Bueno, me parece que tenemos que tener mucho cuidado de enamorarnos de esto nuevamente y advertir al gobierno. No es porque estemos en contra del gobierno, sino porque realmente hemos vivido esta experiencia. Y no te quiero contar lo que pasó con Martínez de Hoz (ministro de Economía de la dictadura, entre 1976 y 1981). Yo también lo viví.
-¿Y también era parecido?
-Había retenciones junto con la tablita y todo era un negocio financiero. Pero cuando termina el negocio financiero y la gente se asusta, se van, ¿viste? Le pasó a todo el mundo, le pasó a Macri, con Caputo como presidente del Banco Central. Después renunciaron, se fueron. Bueno, no repitamos eso.
-Se van todos y quedan los productores con su campo y sin poder irse.
-Vos sabés bien la cantidad de productores atomizado, porque no tienen una representación gremial que los defienda. Muchos no están de acuerdo conmigo, con toda esta experiencia, pero algún día hay que construir poder político. Hoy el sector agropecuario y agroindustrial no tiene poder político. Todos se quieren arrogar una representación que no tienen, y pasa lo que está pasando.
-¿Y qué es lo que está pasando? ¿Cómo lo definís?
-Es una anomia, una anarquía, no hay fuerza, nos han perdido el respeto. Juan Pazo ahora pasa de un cargo a otro, depende como le compliquen a ellos, pero han deshecho la estructura de Agricultura. No era un gran ministerio, pero por lo menos con Macri era un Ministerio de Agroindustria. Lo bajaron a Agricultura, después lo pusieron como Secretaría, falta que ahora lo rebajen a una dirección. Y representa el 68 o 70% de las exportaciones de la vaca viva. Pero están defendiendo la vaca muerta y van a matar la otra.
-Volvamos a los 90. Quedó como preconcepto que el campo apoyó la convertibilidad. Pero hubo también protestas. Recuerdo a Humberto Volando en Federación Agraria, a Valentín Leivisman en Coninagro, a vos en CRA…
-Y (Willy) Alchourón en la Sociedad Rural, a De Zavalía.
-¿Hubo protestas contra el atraso cambiario cuando empezó a afectar fuerte a los productores?
-En el 93, yo estaba terminando mi gestión en agosto, hicimos un camionetazo a la Plaza de Mayo entre Federación Agraria, Coninagro y CRA. La SRA no fue. La Rural es como que se disciplina al poder político de turno. Era amiga de Menem y no podía enfrentarlo después de que le dio el predio (de Palermo). Bueno, hoy está pasando lo mismo con la Rural, está enamorada… El otro día lo decía en una columna: cuando la Rural estaba muy golpeada con los Kirchner, los hicieron sentar a todos los presidentes de la Comisión de Enlace al frente de una inauguración de Palermo.
-¿Y qué deberían hacer los dirigentes rurales?
-Empezar a pensar en conjunto para construir poder político, un lobby político como el que tiene Brasil. No es casualidad: allá bajaron muchas antinomias que tenían. Bueno, nosotros tenemos que caminar por ese lado más allá de que podemos tener algún enfrentamiento con una industria, con Ciara o con los lecheros, pero me parece que tenemos que convencer inclusive a la parte sindical, que todos directamente somos parte de lo mismo. Cuando cae la producción, hay menos camiones, hay menos viajes para transportar y esto lo hemos visto con la sequía del año pasado.
-Ser crítico no te convierte necesariamente en opositor. ¿O sí?
-Yo creo que el riesgo que se está viendo ahora es que hay mucho silencio. Yo he visto muchas épocas de silencio, porque también con Cavallo era difícil. En la época mía yo era muy confrontativo, a mí me sacaron. Pero hoy las entidades en los diarios nacionales han desaparecido. Inclusive las redes no las han sabido usar ¿Por qué no se meten ahí?
-Es la vieja discusión: no tienen un discurso unificado, Y sin nada claro que decir y entonces mejor callar.
-Están divididos, están discutiendo si las rurales son de CRA o de la Sociedad Rural Argentina, ¿viste?, una discusión muy vieja. Yo la he dado con Willy Alchourón. Y esa se la gané, porque yo defendía la estructura institucional que tenía CRA, que es la Sociedad Rural en el municipio, las Confederaciones en la provincia y CRA en la nación. Pero tenemos que estar en todos los ámbitos: CRA en Buenos Aires no existe, y por esto es que la Rural ha tomado el protagonismo.
-Pero el Presidente Milei le presta atención solo a la Rural. ¿Se está equivocando Milei?
-Yo dije el otro día en una columna que creo que la Rural tiene que resolver si se va a quedar con el Grupo de los 6 o se va a quedar con Comisión de Enlace. Porque al final no deja que vaya la Comisión de Enlace al foro del Consejo Agroindustrial. La Rural quiere trabajar sola siendo la representante de todo el campo, y no lo es, no lo va a ser. No lo va a ser porque hay muchos otros productores que no están.
-Ahora, si el escenario es más complicado que los 90 porque además de atraso cambiario que afecta el ingreso del productor, está la persistencia de retenciones altas, ¿qué puede pasar con la Mesa de Enlace en el mediano plazo? ¿Empezará a confrontar de algún modo?
-Mañana (se refiere a la reunión de Milei en la SRA) en una reunión como esa, tendría que ser listado los 10 puntos de una política agropecuaria. Y preguntar: ¿Cuándo los vas a poner en marcha? ¿Lo vamos a discutir o vamos a discutir el año que viene? ¿Así que tenemos que esperar otro año más? La dirigencia se presta a esto para tener una foto con el presidente de la Nación. ¿Esto cuándo se va a cambiar? ¿Cuándo el gobierno quiera? No, se va a cambiar cuando cambie la dirigencia agropecuaria.