De startup futuristas hablamos bastante en Bichos de Campo pues las nuevas tecnologías aplicadas al agro y alimentos creados en probetas suelen ser tendencia en los últimos tiempos. Sin embargo, la británica Freja es un emprendimiento que revindica el antiguo caldo de huesos -que por generaciones han elaborado las abuelas- haciendo énfasis en sus beneficios para la salud. Sí, el caldito es ahora un alimento funcional.
Luego de una millonaria inversión de 2,3 millones de euros, la empresa europea ha decido producir este alimento, con la singular presentación dentro una caja tetrapack, como si se tratara de un jugo. Además la oferta cuenta con una amplia gama de sabores, entre los que se destacan los caldos de pescado, pollo, hueso de ternera y verduras.
Según publicó el sitio digital Food Navigatore, la iniciativa ha atraído a muchos consumidores por sus beneficios para la salud, a diferencia de los alimentos ultra procesados (UPF).
“El caldo de huesos lo compran principalmente clientes de alimentos saludables funcionales, no clientes de ingredientes gourmet. Existe una demanda cada vez mayor de etiquetas limpias sin UPF y con el perfil nutricional adecuado”, dijo Ed Armitage, cofundador y director ejecutivo de la empresa.
Si bien la startup resalta el caldo como un alimento funcional porque se extraen los nutrientes directamente de los huesos y los cartílagos, aportando un valor nutricional distinto al de la carne, también produce caldos de verduras, pensado para quienes llevan una dieta a base de vegetales.
Encuestas realizadas por la empresa para medir el grado de aceptación del producto han revelado que los consumidores resaltan el poder de los nutrientes por encima del precio del alimento. “El 68% de los clientes de Freja lo compran para satisfacer su necesidad funcional (salud intestinal, proteínas, colágeno). Solo el 9% de los clientes lo compran como ingrediente de cocina”, informó el directivo.
Asimismo “el factor nostalgia” por el querido caldo ha tenido un peso importante en el éxito de este producto, que proviene netamente de animales de granjas de Noruega, cuyo valor agregado esta en la sostenibilidad de sus producciones con una baja huella de carbono y bajísimos usos de antibióticos en sus vacas, comparado con otro países de la Unión Europea.
Como se ve, todo se recicla.