El rodeo vacuno está creciendo, aunque todavía está lejos de las 60 millones de cabezas que se contaban antes de la seca de 2008/09, que se combinó con las fulminantes restricciones al comercio impuestas por los funcionarios de la época y derivó así en la mayor liquidación de la historia de la ganadería argentina.
Pero también está lejos el stock de rodeo actual de los bajos niveles de eficiencia que usualmente se le achacan a la ganadería de cría.
Según los datos de la primera vacunación del Senasa contra la aftosa de este año hay 53 millones de animales. Si a eso se suma el stock de la Patagonia que no se vacuna se contarían con 1,5 millón más.
Los datos de la vacunación dan cuenta que hay 200 mil vacas más que el año pasado y 600 mil terneros adicionales. Eso da cuenta de una mayor eficiencia reproductiva que se origina en la mejora de la renta que tuvo la cría gracias a los buenos precios de las vacas que alimentaron a la demanda China y también de los terneros.
“Esto demuestra que el stock sigue creciendo y fortaleciéndose, y que la tasa de destete supera el 67%, tirando así por la borda las falacias que nos quieren hacer crecer de que la ganadería no crece y que los ganaderos somos todos medio giles”, dijo el consultor Víctor Tonelli.
El analista indicó que “igual estamos lejos del destete ideal, que sería de 70%/72%, pero mucho más cerca de lo que nos quieren hacer creer”.
Para el consultor el dato mata al relato. Que haya más vacas productivas y más terneros da cuenta de que el ciclo virtuoso de la exportación dejó ingresos suficientes para que se hagan las inversiones necesarias, y así el año que viene habrá más animales en la faena y más oferta de carne vacuna.
Sólo había que esperar un poquito. Lamentablemente la política tiene urgencias que atender y para ellos dispone de las herramientas que mal usadas castigan al sector privado. De ello da buena cuenta el nuevo cepo a las exportaciones, que volvió a aplicarse desde abril de 2021.
El ganadero dio también que los datos dan cuenta de cambios en la concepción del negocio de parte del productor.
Según Tonelli, “se cree que el criador es ´tenedor de vacas´, pero ese concepto está cambiando y se están volviendo un criador más eficiente, que mira la ecuación económica y no sólo cuantas vacas tiene, y que aprovechó los buenos precios que en los últimos años pagó la exportación a China por vacas de descarte y toros de rechazo, y que reemplazó por animales con mejor genética. Por eso veo una ganadería solida de cara a lo que viene”.
El otro dato que pocas veces se tiene en cuenta a la hora de medir la eficiencia ganadera es que esta actividad perdió millones de hectáreas y que en una superficie mucho más chica se produjo la misma cantidad de carne.
¿Se acuerda del Plan GanAr? El subsecretario de ganadería José María Romero asegura que está vigente
“Cuando se dice que la Argentina tenía la misma cantidad de vacas que en el mundial del 78, lo que se comieron en el medio es que hubo una transferencia de mas de 22 millones de hectáreas de la mejor calidad a la agricultura. Si se hubiera mantenido esa cantidad de hectáreas ,como mínimo tendría 22 millones más de cabezas adultas”
¿Cómo fue posible eso? El analista dice que tres herramientas “cambiaron el curso de la ganadería”. Una es el engorde a corral, que sin dudas permite balancear entre oferta y demanda de forrajes agregando granos o subproductos e intensificando el engorde. La segunda es el alambre o hilo eléctrico que permite parcelar las praderas y campos naturales para consumir mejor la oferta forrajera disponible. El tercer factor es “una mejora importante en los procesos productivos a favor de seguir lo que la agricultura y el campo nos ofrecen”, evaluó el especialista.
De todos modos la eficiencia dista mucho de la ideal, cuando se estratifica los diferentes nichos de productividad, la diferencia asusta…,