El doctor Víctor Sadras es un ingeniero agrónomo argentino que desde hace algunos años migró a Australia, donde trabaja como investigador. Atento observador de las corrientes de innovación en el agro, envió este artículo a Bichos de Campo para advertir a la comunidad agrícola que en el debate entre la agricultura convencional y la agroecología hay que recuperar reglas de fair play, ya que “se ha dejado de jugar la pelota para buscar la pierna del rival”.
He aquí su texto:
Sigo a la distancia una discusión que comienza como confrontación de ideas y ha entrado en una fase de foul play. Se ha dejado de jugar la pelota para buscar la pierna del rival. Las palabras son a veces neutras, pero normalmente tienen carga, positiva o negativa. “Agricultura industrial” tiene una connotación negativa; se usa para desacreditar un modelo. Cuando la “agroecología” es desacreditada atacando a sus proponentes, entramos en foul play.
Stuart Kauffman pregunta retóricamente: ¿dónde hay más sabiduría, en una ecuación de Einstein o en un soneto de Shakespeare? El diálogo entre el paisano y el loro de Alberto Cognigni vale por un tratado sobre la subjetividad. También desde el humor, Tim Minchin observa: la medicina alternativa está probado que no funciona, no está probado que funcione, y cuando funciona se llama…medicina.
Numerosas sociedades han utilizado extractos de sauce y otras plantas relacionadas para aliviar el dolor y la fiebre -una medicina “natural”-. En 1853 un químico alemán sintetiza el ingrediente activo, el ácido acetil salicílico, y en 1899 Bayer comienza la síntesis y producción masiva de aspirina. La aspirina puede competir con ventaja en la carrera de la medicina más convencional, luego de haber sido natural. En Soy Leyenda, Richard Matheson usa magistralmente esa transposición de marginal a convencional y vice versa.
En Los Propios Dioses, Isaac Asimov plantea la tensión entre rentabilidad y conveniencia a corto plazo y la sustentabilidad a largo plazo; su perspectiva tiene una vigencia notable. El título de su novela se inspira en una frase de Schiller: “Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano”. La frase original en afirmativo pinta un paisaje oscuro. Asimov le pone un signo de pregunta y abre una rendija a la esperanza …¿luchan en vano?
Definamos una agricultura convencional de modo operacional: es la agricultura que cubre x por ciento del sector. Donde x puede ser 70% o 90% o lo que uno quiera. En los márgenes y dentro del campo convencional se experimentan alternativas.
Con estas definiciones, una instantánea de la agricultura de 1950 muestra el papel central de las labranzas donde el suelo era refinado y expuesto a erosión y otros procesos de degradación: era lo convencional.
En 1960-70 la alternativa de minimizar labranzas es incipiente y evoluciona con varios rótulos: labranza cero, labranza reducida, siembra directa.
Una instantánea de la agricultura en 2020 muestra la transposición entre lo convencional y lo alternativo, bien a lo Soy Leyenda.
¿Por qué se adoptó masivamente la siembra directa? Porque al igual que la aspirina, funciona; reduce el uso de combustible y los costos, reduce horas de trabajo, y además protege el suelo. Esta jerarquía en las motivaciones que condujeron a la adopción de siembra directa resuena con las observaciones de Asimov en Los Propios Dioses.
Como toda tecnología, la agricultura soluciona problemas y en el mismo proceso genera nuevos problemas y nuevas oportunidades. Algunos de los problemas pueden predecirse, muchos no. Podemos predecir que tecnologías que apunten a disminuir las poblaciones de malezas, insectos o patógenos de plantas va a favorecer variantes resistentes; esto vale para agroquímicos y también para otras tecnologías como rotaciones o resistencia genética.
En los días de maíz continuo en Canadá y EEUU, aparecen problemas con un par de especies de insectos de raíces. Para controlarlos, se introduce una rotación maíz-soja. Luego de algunos años de esta práctica -que no se basa en agroquímicos- en una de las especies se hace evidente insectos con menos fidelidad al maíz que oviponen y se alimentan en la soja. Para la segunda especie de insecto, la práctica favorece variantes con una diapausa de dos años; se saltea la soja y vuelve a aparecer con el maíz siguiente!
En escala histórica las tecnologías son efímeras. Que una tecnología genere problemas no es necesariamente un fracaso sino un rasgo inherente a la dinámica de la innovación.
Muy buena entrevista..
Sds
Busquen ejemplos como el campo “la Aurora” en Buenos Aires y díganme si funciona o no funciona… Parecen nenes que no se quieren ir a dormir e inventan boludeces para seguir despiertos
No veo relación entre el título y la nota… no hablan de la agroecología. En el título sugiere que la agroecología no funciona (que hay pruebas, que no hay pruebas…entonces?) y luego no hace más que nombrarnos algunas tecnologías tradicionales y contarnos que en su momento fueron una gran idea.
No veo aporte de este artículo a la discusión sobre agricultura tradicional y agroecología.