Víctor Themtham (47) nació en General Acha, La Pampa, y estudió la licenciatura en administración agropecuaria, si bien no rindió la tesis. Hoy vive en el “Campo La 17”, alquilado, en la zona de Miguel Riglos, a 80 kilómetros al sureste de Santa Rosa. En varios campos alquilados y uno propio, continúa desarrollando la ganadería de monte que supo iniciar su padre.
Uno de los campos que alquila, en Chacharramendi, es todo monte y allí tiene un rodeo de cría. Hace dos meses compró un campo a familiares, en Puelches, también de monte y muy agreste, al centro sur de la provincia. Cuenta que en él logra producir una vaca cada 15 hectáreas.
Víctor relata que su padre tuvo vacas de cría y alquilaba una legua, lo que sería unas 2500 hectáreas de monte. “Hacía todo rodeo general con servicio natural de toros”, detalla y recuerda que en 1994 decidió complementar su actividad con colmenas y llegó a tener unas 750. “Yo era adolescente y trabajaba junto a él. Al pasar la cantidad de 300 colmenas te exige trabajar todo el año y no sólo en verano. Era bueno porque cuando la ganadería venía floja, la miel valía bien y te salvaba”, comenta.
El productor pampeano, que porta un apellido que se supone oriundo de los Pirineos Atlánticos de Francia, continúa relatando su historia ganadera: “Mi papá fue creciendo en vientres hasta tener 250 vacas, y decidió abandonar la apicultura porque no podía con las dos tareas a la vez”.
“En 1998 me fui a estudiar a Córdoba y regresé en 2017, porque después de recibido había armado una empresita de servicios de control de plagas y riego, con la que llegué a tener 19 empleados”, señala Víctor orgulloso.

“En 2008 hubo una tremenda sequía y una vaca costaba lo mismo que un rollo de pasto -sigue rememorando Themtham- y para llenar el tanque de combustible de una camioneta había que vender una vaca. Fue en esa época que empezamos a hacer destete precoz, técnica que jamás dejamos de implementar hasta hoy”.
Cuenta Víctor que en 2016 su padre había pasado a alquilar 4 leguas de monte, cuando de pronto se le quemaron a causa de un incendio natural. Y que a partir de aquel evento su padre empezó a decir que necesitaba tener un campo para poder salir con la recría, a modo de fusible.
“Antes se destetaba al ternero y lo vendíamos en la feria, porque no teníamos lugar adonde pasarlo -explica-. En 2017 nos apareció la gran oportunidad de alquilar un campo, pero mi padre lo rechazó de entrada porque era agrícola, pero al final lo alquiló y aproveché para aprender, porque yo sólo tenía la teoría de la Facultad, en la parte agrícola, y recuerdo que al principio me costó mucho. Empezamos con una Oliver Modelo 76 y hoy, menos la cosechadora, tenemos toda nuestra propia maquinaria moderna”, aclara feliz.

Finalmente, Víctor, cuenta que en la actualidad, sus padres viven en General Acha, pero la mayoría del tiempo lo pasan en uno de los campos, siendo que ya ha quedado él a cargo de la producción. “Hoy realizamos doble servicio de destete precoz al año y hacemos la recría en el ‘Campo La 17’ -señala-. En 2024 alquilamos otro campo, ‘San Ignacio 2’, para hacer recría. Desde 2022 tenemos nuestros toros y producimos todo de raza Aberdeen Angus negro, con un total de 1250 animales en los 3 campos, dentro de los cuales 800 vacas son de cría. Mi ideal es llegar a los 1000 vientres y buscar la eficiencia en esa cantidad”, aspira Themtham.
Víctor integra un Grupo CREA y comienza a reflexionar acerca de su actividad: “La ganadería genera más arraigo que la agricultura y es impresionante la cantidad de gente que trabaja en la cadena cárnica para producir cada kilo. Nos pone felices dar trabajo a 5 familias. Estamos pasando por un buen momento, pero sabemos que es cíclico. Es difícil entrar en este rubro porque es más lento que el de la agricultura y necesitás entre 2 y 3 años. Y no podés acelerar los procesos bilógicos de la vaca, por más tecnología que tengas. En el mundo está faltando mano de obra intensiva y demanda carne de cada vez mejor calidad. Se dice que comiendo 3 bifes por semana, garantiza una vida saludable, rica en proteínas”, advierte.
“Me encanta producir alfalfa y hoy es impensable una ganadería sin ella -continúa, el productor pampeano-. En nuestra zona el recurso más escaso es el agua, porque llueve muy poco. Un problema que tenemos es que por la falta de créditos, nos estamos autofinanciando”.

“Mi objetivo a corto plazo es cerrar el ciclo completo y llegar a sacar el novillo gordo, pero nunca llego porque necesito liquidez y vendo antes de tiempo. La semana pasada vendí terneros de 200 kilos para poder seguir funcionando, cuando lo ideal era venderlos con 400 kilos. Poco a poco están bajando las tasas, pero habrá que ver cómo impacta esto de autofinanciarse, por ahora”.
Víctor Themtham hace su reflexión final: “Hoy hay que ser eficiente, porque podés estar perdiendo plata, a pesar de estar trabajando mucho. Antes, a la ineficiencia la suplía el tipo de cambio. En general, los productores no le prestamos atención a la parte financiera, por falta de conocimiento, pero cada vez le tendremos que dedicar más tiempo. Siempre tengo presente la frase que nos repetía un profesor en la Facultad: ‘Muchachos, en el campo, 2 más 2 nunca es 4’. Y además, la ganadería de monte es muy diferente. Soy un convencido de que podremos crecer, sólo si somos capaces de armar equipos eficientes de trabajo. Pero para eso me preocupo de que toda la gente que trabaja conmigo esté bien y feliz, porque es imposible hacer todo solo, y necesito por ejemplo, del hombre que recorra la aguada todos los días”.
Víctor eligió dedicarnos la canción “Soy sembrador argentino”, de y por Horacio Guarany.





