La secuencia de la relación entre Bichos de Campo y Alvis, una pyme nacional especializada en telecomunicaciones y tecnología, puede ser resumida así: En marzo de 2022 publicamos una nota contando que la firmar ofrecía una tecnología diferente que podía aportar la conectividad a internet que tanto hace falta en las zonas rurales, y luego hace un mes contamos el caso de una gran estancia santafesina que había contratado sus servicios. Este jueves fuimos a la primera conferencia de prensa realizada por la compañía. La noticia es que ahora se siente fuerte como para comenzar a ofrecer conectividad en vastas zonas del agro argentino.
¿Será posible? ¡Vamos las bandas!
En realidad, Alvis tiene una historia mucho más larga, pues comenzó a ofrecer un servicio de comunicaciones en 2008 en las zonas rurales de Balcarce, especialmente en un pueblito llamado Ramos Otero. “Todavía ni existía el Facebook”, recuerda ahora Marcelo Dumanjó, como si hablara de la prehistoria. Pero también dice que “ahí nos dimos cuenta de que esta era la tecnología”.
¿De qué se trata? De las bandas, justamente. Las compañías de telefonía móvil en la Argentina, las tres más conocidas, utilizan bandas de frecuencias que van de 700 y 1800 MHz. Por eso colocan antenas que permiten conectar a los celulares dentro de determinado radio de alcance. Cuando un usuario deja esa zona, o bien necesita tener otra antena cerca o bien pierde conectividad, como sucede cada vez que uno se aleja de las ciudades e ingresa a zonas rurales.
Alvis, en cambio, se ha especializado en la Banda 450, que es una frecuencia diferente y por lo tanto -por lo que explican- sus antenas irradian con mayor alcance que las de celulares comunes. Mientras en la zona urbana Claro o Movistar logran una cobertura de 3 a 5 kilómetros de radio con sus antenas, en la zona rural Alvis puede ofrecer conectividad en un radio de 30 kilómetros. Pero para otros usos menos demandantes (como sensores para que funciones Internet de las Cosas), la superficie cubierta crece hasta 60 kilómetros. Equivale a casi 700 mil hectáreas.
“Es una red 4G LTE en la banda de 450 Megahertz, que permite hacer todo lo que hacen los celulares normales. La diferencia es que los celulares normales no leen esa frecuencia. Por eso hay router o moden para captar esa frecuencia, que generan una señal de Wifi alrededor. Entonces la conexión es mediante ese Wifi”, explica Dumanjó.
En 2019, una licitación del gobierno nacional adjudicó vastas zonas del país a Alvis, para comenzar a brindar este servicio de conectividad pensado para la comunidad rural. Aunque su área de operaciones ocupa buena parte de las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, empezó a probar suerte con dos ciudades de mediano porte en ambas provincias, Venado Tuerto y Chacabuco. Una antena en cada lugar y a probar fortuna con el servicio de internet para las camionetas que salían más allá del éjido urbano.
En Venado Tuerto la torre está instalada en el aeródromo, tiene 60 metros de alto y cubren 620 mil hectáreas. En Chacabuco arrancaron en octubre de 2021 con una antena de 42 metros instalada en la terraza de un edificio, que irradia esa frecuencia a 200 mil hectáreas para el servicio móvil y 530 mil hectáreas para internet de las cosas. La torre es lo más caro de la instalación, pues demanda una inversión de entre 80 y 90 mil dólares.
El CEO de la empresa, en la conferencia de prensa, contó como uno de los mayores hitos para demostrar la eficiencia de esta tecnología fue que la gente de Don Mario pudo realizar por primera vez la transmisión en directo de sus concurridas jornadas técnicas de cada año, desde su campo Don Florencia, en Chacabuco. “Ese establecimiento nunca lo habían podido conectar”, se alegró Dumanjó. En la semillera, además, Gerardo Bartolomé aceptó hacer pruebas con equipos equipados con el FiedlView, la plataforma de Bayer para la agricultura digital, que fueron muy exitosas.
Pero el caso estrella de esta avanzada hacia una mayor conectividad rural es el que contamos un mes atrás: se instaló una antena dentro de la estancia santafesina La Catalina, de la empresa Cosufi SA, ubicada cerca de la localidad de Diego de Alvear, cerca de la laguna La Picasa, en el sur de Santa Fe. De esta manera se creó allí la “primera red de conectividad privada agrícola” de la Argentina. Sus impulsores están tan felices que hasta hicieron un video especial contando la experiencia:
“Una radio base permite conectar 600 equipos móviles, 3000 celulares, 300 cámaras y 3000 router de telemetría (como estaciones meteorológicas o sensores)”, precisará el CEO de Alvis, que de todos modos aclaró que la demanda de esa estancia (que tiene todos los rubros, pues hace agricultura, ganadería, feedlot, tambo y hasta cabaña) es mucha pero no llega a tanta.
Lo cierto es que en ese inmenso camp de 32 mil hectáreas la señal de la antena es convertida en Wifi mediante 30 router instalados en galpones, casas, laboratorios y otros lugares. Y hasta los contratistas que ingresan allí a prestar servicios también tienen la chance de conectar de inmediato todos sus dispositivos a dicha señal.
Dumanjó se mostró entusiasta a partir de esa experiencia. Afirmó que la tecnología de la banda 450 ya está madura y que ahora es momento de salir a buscar nuevos campos que quieran probarla. También afirmó que se necesita al menos una superficie de 15.000 hectáreas para justificar la instalación de una antena y todo el equipamiento. Argumentó que ellos son “híper flexibles” para adaptarse a los contextos de cada lugar. Y recomendó a los pequeños y medianos productores que se unan entre varios para poder llegar a la escala necesaria y llevar un servicio de internet permanente a sus establecimientos.
“La inversión se recupera en un año”, arriesgó. ¿Cómo? Reduciendo muchísimo el consumo de combustible y horas para desplazarse de un lugar al otro de un campo, contestó. Pero sobre todo, con la mucho mayor eficiencia que se logra al poder ingresar y desplegar de lleno todo el potencia de las nuevas herramientas de la agricultura digital. “El sistema Agtech no crece porque le falta conectividad. Nosotros somos parte de la solución”, aseguró.
De hecho, a partir de una estudio sobre la conectividad rural en los Estados Unidos, realizado por el USDA, en Alvis establecieron que el margen bruto de maíz podría crecer de 45 a 114 dólares por hectárea por el ahorro provocado por estas nuevas herramientas digitales, que precisan sí o sí de una buena conectividad. En soja, el ahorro estimado podría varias entre 35 y 74 dólares.
-La siguiente pregunta es obvia: ¿Por qué si tecnológicamente es posible ofrecer este servicio, no lo hacen las grandes compañías de celulares?
-Nosotros vemos que las grandes compañías hacen bien su trabajo en las áreas urbanas, y aunque tienen la obligación de cubrir las rutas nacionales, no hay una obligación de cubrir todo el país. Las tres grandes marcas de celulares no tienen foco en el campo. Por eso nosotros queremos que nos consideren como un proveedor confiable. Lo somos.