Para Santiago del Solar, empresario agropecuario de la zona oeste bonaerense y coordinador de la Comisión de Granos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), existen tres elefantes que impiden que el agro pueda expresar su potencial.
“El gobierno nos dice que hay un volumen de equilibrio de trigo que se les ocurrió que es de diez millones de toneladas”, comentó Del Solar en referencia al cupo de exportación habilitado para el ciclo 2022/23.
“Esos diez millones, más cinco millones de consumo interno, suman un total de quince millones, lo que implica que el mensaje es ‘no siembren más de cinco millones de hectáreas”, apuntó Del Solar durante una charla ofrecida esta noche en la Expo Rural de Palermo.
La última estimación oficial de siembra de trigo argentina 2022/23 es de 6,10 millones de hectáreas, una cifra inferior a las 6,75 millones de hectáreas implantadas en 2021/22.
Del Solar explicó que, debido a los elevados precios internacionales del cereal, Argentina, en condiciones normales, habría sembrado al menos dos millones de hectáreas más de trigo este año –tal como sucedió en Brasil o Uruguay–, pero que eso no ocurrió a causa de la intervención del comercio exterior.
“Ese elefante rosa, que ya perjudicó al cultivo de trigo, lo estamos viendo ahora con el maíz de la nueva campaña 2022/23, que tiene un cupo de exportación habilitado de apenas diez millones de toneladas, es decir, la nada misma para el volumen de producción de la Argentina”, afirmó el empresario, quien fue jefe de Gabinete del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
El segundo “elefante”, al que Del Solar calificó como verde, es el que se queda con la mayor parte del ingreso de los productores a través de derechos de exportación y retenciones cambiarias.
“Un productor argentino necesita vender un 50% más de soja que uno brasileño o uruguayo para comprar una cosechadora. Ese ‘elefante’ asusta a los empresarios agrícolas porque no les permite tener capacidad para adquirir aquello que necesitan para producir. Argentina pierde la ‘carrera’ tecnológica debido a ese elefante”, explicó.
El tercer elefante es el naranja, el cual, según Del Solar, es el más fantasmagórico, dado que comprende todas las iniciativas creadas por funcionarios o referentes del gobierno nacional con el propósito de incrementar la intervención en el mercado agrícola.
El tercer “elefante” está integrado, por ejemplo, por un proyecto orientado a cambiar la fórmula de cobro de derechos de exportación de la soja hasta insinuaciones amenazantes sobre el stock remanente de soja almacenado en silobolsas. También por el reciente proyecto para implementar una nueva retención del 1,5% del valor de la producción de trigo y soja con el supuesto propósito de compensar al sector semillero.
“El campo no es un sustantivo, sino un verbo muy activo. Lo que necesitamos es que las autoridades nos dejen conjugar ese verbo para poder salir adelante. Y eso no lo podemos hacer por los elefantes que no nos dejan producir”, resumió Del Solar.