Es en el sudeste de la provincia de Buenos Aires donde se producen los kiwis más ricos de Argentina. Al menos es lo que dicen desde la cooperativa Ecco Argentina y que certifica el hecho de que los kiwis de esa zona en 2022 hayan obtenido la Indicación Geográfica (IG), un sello que se otorga a productos que tienen un origen geográfico concreto y que poseen cualidades diferenciadoras de calidad que se deben, justamente, a ese origen.
A Laureano Goycoa, presidente de la Cámara de productores de Kiwis de Mar del Plata y de la cooperativa Ecco Argentina, lo enorgullece y entusiasma haber conseguido esta identificación porque considera que la IG es sinónimo de calidad, tiene mucho impacto en el mercado internacional, le brinda protección legal al nombre y les ha permitido posicionarse como uno de los mejores productores de kiwi Hayward, por encima de Italia y Chile. “Nuestro producto es reconocido en todo el mundo”, asegura.
“Para lograr la IG fue necesario generar la información necesaria para demostrar que el kiwi del sudeste de Buenos Aires es más dulce debido al manejo del cultivo y a las condiciones climáticas (N de la R: entre otras cosas la amplitud térmica le juega a favor)”, describe Esteban Bösenberg, ingeniero agrónomo y socio de la cooperativa, al tiempo que destaca que la IG es una ventaja competitiva que marca la diferencia con el kiwi que se produce en otras partes del país y que “tiene otras características” (traducción: no es tan rico).
Pero Ecco Argentina es más que la IG obtenida. Ya hizo historia desde su inicio dado que al principio eran solo 7 socios y legalmente debían ser 10 para constituir una cooperativa. ¿Qué hicieron entonces? Formaron un consorcio de exportación y les fue bien (Antes de eso habían sido un grupo de Cambio Rural). Luego, en 2019, finalmente lograron formar la cooperativa “con excepción” en plena pandemia y, además, sentaron precedente: hoy alcanza con tres personas para ser cooperativa. Hoy son 8 integrantes entre los que suman unas 100 hectáreas en producción.
“Desde el inicio queríamos ser cooperativa, por eso nos fuimos a recorrer Entre Ríos y Corrientes para comprender cómo funcionaban en esa zona con la citricultura”, dice Laureano. “Y nos gustó ver cómo los productores asociados tenían compromiso, fuerza de grupo, crecían y lograban disminuir costos”.
Uno de los primeros objetivos que se plantearon como cooperativa (y lo lograron con apoyo de la actual Secretaría de Agricultura y entonces ministerio) fue tener sala de empaque y cámara de frío para ellos y para brindar el servicio por dos motivos básicos: para alentar a que otras personas incursionaran en la producción de kiwi y que a esos nuevos productores no les pasara lo que les había pasado a ellos, que tenían que pagar caro el servicio de empaque y de frío y, además, que su fruta se maltratara en ese proceso que hacían otros (con descuido) y perdiera calidad. Y hay un dato que ilustra esta situación: en 2021, cuando la cooperativa contrató este servicio a terceros, sufrió una merma de producto de 23%; al año siguiente, ya con empaque y frío propios, el porcentaje bajó a 1,5%. ¿Qué tal?
“Creo que una de las cosas que nos diferencia como cooperativa y que es una ventaja es que todos venimos de rubros distintos, entonces tenemos distintos conocimientos y experiencias, lo cual potencia nuestro trabajo, además de que nos manejamos con mentalidad empresaria”, reflexiona Laureano. “Hoy seguimos aplicando a diversas líneas de crédito, tanto para adquirir maquinaria como para mejorar la línea de empaque”.
“De forma individual nunca hubiéramos crecido tanto y, además, la cooperativa ayuda a hacer crecer al sector”, explica Martín Pacheco, otro de los socios. “Antes de la cooperativa si alguien quería plantar kiwi necesitaba 5 hectáreas como mínimo por tecnología y logística mientras que ahora se puede empezar con superficies mucho más pequeñas, así que es un apoyo a los productores más chicos para que se animen y notamos que hay interés porque a los pocos días de haber formado la cooperativa empezaron los llamados para consultas”.
Hoy Ecco Argentina cuenta con una planta procesadora ubicada en Miramar y con un equipo técnico para asesorar a los productores que quieren iniciarse en la actividad. En 2022 también tuvieron otro logro, que fue habilitar la plata como aduana y que es algo que también pueden ofrecer al productor que quiera exportar; apenas terminaron el trámite mandaron un camión con 23.000 kilos de kiwi a Uruguay como para inaugurar el servicio.
En febrero de este año la cooperativa participó de Fruit Logistica 2023, la feria del sector frutihortícola más importante del mundo y que se realizó en Berlín, Alemania. “El kiwi despertó mucho interés, muchísimo, y ya tenemos muchos potenciales clientes”, describe Sebastián Goycoa, que fue en representación de EccoArgentina. “Estamos sembrando el camino para empezar a exportar en serio cuando todo se acomode y sea más fácil el tema dólar y precios”.
Ahora, uno de los objetivos a corto plazo es armar un vivero para producir plantas y, a más largo plazo, están pensando en darle valor agregado al kiwi con industrialización vendiendo la pulpa o como producto deshidratado. “La falta de plantas de calidad y de mano de obra calificada o predispuesta son los dos grandes problemas de la actividad”, se lamente Laureano, “por eso queremos empezar a producir plantas de kiwi y a brindar capacitaciones para que el sector se fortalezca”.