La robotización es el camino que seguramente transitará el mundo para hacer frente a uno de los problemas más serios que está enfrentando la agricultura a escala global: la escasez de mano de obra. En la Argentina está situación se registra como en muchos otros lugares del mundo y se siente sobre todo en las actividades frutícolas, donde muchas veces queda fruta en el suelo o por falta de manos para recogerla o bien porque el precio no llega ni a cubrir el costo de la cosecha.
Soñar con soluciones casi milagrosas, en este contexto, no cuesta nada.
Una empresa israelí llamada Tevel Aerobotics Technologies acaba de presentar el robot autónomo volador (FAR), una suerte de dron que utiliza inteligencia artificial (IA) para identificar y recoger la fruta que ya está madura, reemplazando por completo al hombre en el trabajo más difícil y arduo dentro de las fincas. El robot, además, puede trabajar las 24 horas del día.
“Nunca hay suficientes manos disponibles para recolectar fruta en el momento adecuado y al costo adecuado. La fruta se deja pudrir en el huerto o se vende a una fracción de su valor máximo, mientras que los agricultores pierden miles de millones de dólares cada año. Estamos aquí para echar una mano”, dice la firma en la portada de su página web al presentar este prototipo.
La innovación fue una respuesta directa a la escasez de mano de obra. “Nunca hay suficientes manos disponibles para recolectar fruta en el momento adecuado y al costo adecuado. La fruta se deja pudrir en el huerto o se vende a una fracción de su valor máximo, mientras que los agricultores pierden miles de millones de dólares cada año ”, dice la compañía.
El robot FAR, según sus fabricantes, utiliza algoritmos de percepción de IA para localizar árboles frutales y algoritmos de visión para encontrar la fruta entre el follaje y clasificarla por su tamaño y madurez. Luego, el robot busca la mejor manera de acercarse a la fruta y permanecer estable mientras su brazo recolector agarra la fruta. Las imágenes promocionales se han visto con manzanas, pero la firma asegura que serán muchos los frutos que podrán cosecharse de este modo.
“Los drones pueden cosechar los huertos sin interponerse en el camino de los demás gracias a un único cerebro digital autónomo en una unidad terrestre”, añade la explicación de los creadores.
En todo caso, habrá que verlo andar. Lo cierto es que la innovación trata de hacer frente a un problema serio: la falta de mano de obra es generalizada y se ha agravado mucho con las restricciones al movimiento de personas que se impuso con el Covid.
“Necesitamos una gran cantidad de recolectores confiables y tenemos que pagar salarios, organizar visas, alojamiento, alimentos, atención médica y transporte”, dijo en el video promocional John White, director ejecutivo de Marom Orchards , una de las primeras granjas de frutas en utilizar los nuevos recolectores de robots voladores. “Los costos aumentan todo el tiempo. Este es un trabajo duro de temporada y otros cultivos pueden pagar salarios más altos. Los jóvenes de todo el mundo están abandonando el trabajo agrícola en favor de empleos urbanos de tiempo completo mejor pagados ”, agregó.
Aquí en la Argentina, a todas esas quejas deberíamos agregarle la recurrente queja de los productores de actividades zafreras a la competencia desleal que suponen los planes sociales: la gente no aceptar tomar empleos registrados por temor a perder ese tipo de beneficios.