Está comenzando la campaña de tabaco en Salta y las condiciones económicas y sociales de esta producción regional no son para nada buenas.
El precio viene muy atrasado, algo que se ha transformado en un clásico de la economía local en los últimos años y de las actividades agropecuarias en general. Sin embargo, en el caso del tabaco se requiere de una actualización enorme para cubrir los costos.
En una charla con Bichos de Campo, el productor tabacalero Sergio Parra dijo: “Vendí en abril y quedé inmediatamente desfasado porque con esos ingresos debí enfrentar la campaña. El precio debería subir 300% para cubrir los costos”.
Parra tiene un campo de sólo 40 hectáreas y, como tantos productores de tabaco de la zona, no cuenta con la superficie necesaria para sembrar soja, maíz o hacer ganadería. Por eso sabe que si no logra seguir con el cultivo, la salida es cerrar la tranquera, panorama al que le escapa metiéndole eternas horas de trabajo y mucha cabeza.
Además sabe de su responsabilidad social, ya que es una actividad que demanda muchos jornales.
“En la provincia, luego del Estado, es la actividad que más mano de obra demanda. Hoy tengo a 8 empleados trabajando, voy a tener 12 en pocos días más, y en la cosecha, de diciembre a febrero, serán 20 empleados en el campo”, señaló.
Por el tabaco que va a vender recibirá 550 pesos cuando “el kilo de fertilizante cuesta 500 pesos”.
https://x.com/sergcer/status/1701561950629445841?s=20
“Nosotros producimos 800 kilos por hectárea con un costo de 5.000 dólares, si me pongo a analizar lo que está pasando no debería producir”, confesó el productor.
El desfasaje entre costos y precios, según explicó, se debe a la caída en la recaudación del Fondo Especial del Tabaco. De cada atado de cigarrillos, el 80% son impuestos y el 7% de esa recaudación va a parar a ese fondo con el que se financia a productores.
“Hasta hace dos años las empresas tributaban el 100% de impuestos. Luego llegó un grupo de pymes que trajó tabaco de afuera y que, como no es materia prima producida aquí, no pagan el precio lleno de lo impuestos del cigarrillo. Las dos grandes aportan por mes 10.000 millones de pesos y tienen el 60% del mercado. Esas empresas, que tienen el 40% del negocio, aportan sólo mil millones al fisco”, detalló el productor.
Parra agregó que pierde el productor y pierde el Estado que recauda menos, y que hicieron gestiones junto con la Cámara del Tabaco y otras instituciones pero sin el éxito esperado, “porque siempre logran un amparo que les permite seguir funcionando así, entonces venden cigarrillos a precios mucho más bajos”.
En definitiva eso es lo que le importa a la política: que haya productos a precios más bajos para que la gente pueda acceder a ellos y no sienta tanto el golpe de la inflación. Mientras tanto los productores y otras empresas cargan con los problemas económicos y financieros.
“El fondo del tabaco cada vez es menor. Ingresa menos dinero y así no podemos seguir. Vamos a dejar 50 mil personas en la calle”, sostuvo Parra.
El productor explicó que por ahora redujo su superficie de producción en 20%, pero que si la situación no cambia para la próxima cambia el achique será mayor. “Voy a plantar hasta donde pueda sostener la mano de obra, no quiero dar trabajo y no poder pagar”, indicó.
El costo laboral es también importante para el sector, ya que es una actividad con mano de obra intensiva y que fue alcanzada también por el bono de 60.000 pesos dispuesto por el gobierno nacional.
Al respecto, Parra señaló que la medida los metió en un problema más: “Si no puedo pagar salarios, no puedo pagar el bono. Además ¿cómo explico que corresponden porcentajes distintos según función, días y horas trabajadas?”, se preguntó.
Parra sabe que su situación es mala pero hay otros que están peor. “La gran mayoría planta tabaco en tierras arrendadas y eso te da otro problema mayor. Es compleja la situación. Yo vengo ordenado pero el futuro es complicado y esto no va a cambiar con el cambio de gobierno”, finalizó.