¿Qué fue lo que lleva a Marcos Pereda, que es presidente del Grupo Bermejo, una de las empresas agropecuarias más importantes del país, a ingresar también en las difíciles arenas del gremialismo rural?
“Es una buena pregunta”, responde Pereda ni bien Bichos de Campo la lanza ese dardo envenenado. Es que no suele suceder que los dueños de las grandes fortunas de la Argentina se involucren directamente en la actividad gremial empresaria. Pereda, en cambio, lo hizo. Metió los pies en el barro.
Desde hace unos pocos meses Marcos es el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), secundando a Nicolás Pino en la lista opositora que finalmente se impuso en las elecciones internas. Se metió en el fangal sabiendo que la centenaria entidad atravesaba serios problemas financieros, que había una muy escasa participación de los socios, y que además él y su empresa podían ser blanco de ataques más fuertes desde un gobierno que suele confrontar con la Rural y la utiliza de puchimbol.
Mirá la entrevista a Marcos Pereda:
-Qué ganas de comprarse un quilombo, diría mi madre.
-En realidad son varios los matices que hay (detrás de esta decisión), pero el principal es que es algo que arrastro familiarmente. Yo tuve un padre (Celedonio Pereda) que fue presidente de la Rural y eso quedó en la sangre. Yo de chico me crié en la pista de la Rural. Así que ese puede ser el primer motivo. Pero además hay una visión general: Una vez que uno logra tener una estabilidad en lo personal, en la vida profesional, creo que es el momento en el que por ahí puede pensar más en grande, sobre todo en nuestro sector, que necesita realmente posicionarse de otra forma para con la sociedad y con el país. Creo que hay conceptos empresariales que pueden venir bien, y mi intención es tratar de hacer una mínima contribución, lo más que pueda.
-¿Y qué es lo que sentís que podés ayudar a resolver?
-Bueno, principalmente no puede ser que el campo esté tan dividido y con tan mala imagen frente a la sociedad. No puede ser porque es el primer sector del país el que contribuye más, el que entrega divisas, el que más impuestos paga, el que más generación de empleo hace. Tiene que ser visto de otra forma. En realidad la sociedad y el campo deben compatibilizarse de una forma más proactiva, donde se valore lo que el campo entrega y además todo lo que puede seguir dando. Porque el campo tiene un gran trayecto por delante.
-¿El sector agropecuario podría aportar más al país?
-Podría en poquísimo tiempo, si no tuviera retenciones, estar produciendo un 30 o 40% más de granos, por ejemplo. Y ni hablar de carnes.
-¿Las retenciones actúan como un freno a una mayor producción?
-Por supuesto. Es un impuesto distorsivo que afecta la rentabilidad de todos, que iguala para abajo. No contempla el federalismo, le quita a las provincias recursos, es completamente unitario. Y además no contempla a la gente que le fue mal, o sea hay regiones que por ahí tienen una seca o inundación y tienen que pagar ese tributo, que es peor que pagar el 35% de Ganancias. Lo que hacen las retenciones es bajarle la rentabilidad a todas las empresas. No discriminan. Y es por eso que es un mal impuesto. Por eso no lo tienen en ningún país del mundo. Si uno bajase las retenciones podría estar produciendo en muchas zonas que hoy son marginales, donde no cierra la cuenta para producir. Porque la gente no va a producir para perder plata.
-Hoy se dice mucho que hay que agregar valor…
-Eso de agregar valor está muy bien como concepto general. Pero hay escalas distintas. Un productor agropecuario, por más grande que sea, no va a llegar nunca a ser un exportador de granos, porque no le dan los volúmenes. Los exportadores están arriba de los 10 millones de toneladas cada uno, y ni los productores grandes grandes pueden exportar. Entonces no hay manera de que se pueda integrar en la escala. Por eso el agregado de valor hay que pensarlo desde desde su lado. Hay un enorme agregado de valor desde plantar una semilla y hasta los 300 dólares que vale una soja, eso es todo valor. Por esto ese concepto está a veces tergiversado.
-Lo suelen utilizar los políticos para decir que el campo exporta productos primarios y no mcuho más que eso… Así justifican las retenciones.
-Sí. Pero sin embargo somos los crushers (molinos de soja) más grandes del planeta. Argentina no exporta poroto, exporta aceite y harina, y ese es el máximo proceso que hay porque después lo que queda es producir la carne. Así que hay valor ahí. Y en el maíz tenemos muchísimo valor también. Por eso no está bueno interferir las cadenas, generando distorsiones o haciendo que se produzca más o menos de un lado. El gobierno debería respetar los mercados para que se alineen y se integren naturalmente, de forma genuina.
-¿Qué siente un empresario que diseña planes de largo plazo cuando de golpe el gobierno viene y le cierra las exportaciones?
-Lo primero que piensa uno es ‘no voy a invertir un peso más en la Argentina’. Eso es lo primero que uno piensa.
-¿Te agarra bronca?
.Más que bronca es una realidad. Aunque uno no pueda manejar sus pasiones, esto es una realidad económica. Nadie va a poner plata para salir a perder. no lo haces. Siempre decimos con Pino que si pudiéramos nos llevaríamos nuestra fábrica a otro lado, pero la fábrica es el suelo, no la podemos llevar. Miremos a los productores de Uruguay, los de Paraguay, de Brasil, a ver si tienen gobierno que les hagan lo que hace nuestro gobierno.
-¿Y cuál es el origen de ese maltrato? Parece medio suicida para los políticos, porque finalmente el país no crece o involuciona…
-Esta gente sabe que a pesar de que haya impuestos distorsivos que no existen en ningún lugar del mundo, todavia podemos sacar la cabeza fuera del agua. Ellos saben hasta cuándo pueden levantar las retenciones para que todavía se siga funcionando.
-¿Es como estar acogotando a alguien, pero finalmente dejarlo respirar?
-Te dejan respirar justito. Es mantenerse.
-Para un empresario debe ser frustrante que te obliguen a tener un techo tan poco elevado, una vara tan baja,
-Completamente. Por eso si vamos a la pregunta que me hiciste al principio, creemos que una vez que uno estabiliza su negocio es momento de empezar a defender el techo de la casa, que es el techo de todos.
mensaje vacio, poco empatico del VP de la Rural. Marcos Pereda: un verdadero Pan Blanco. ni idea de como comunicar. tal vez sea buen empresario con la guita heredada de la madre. como dirigente es la nada misma