Su nombre es Wilson Miranda y por cómo sonríe cuando habla del agro, se percibe su honestidad al manifestar estar “enamorado del campo” y del lugar donde nació. Se desempeña como docente en San Antonio, un pueblo fronterizo con la República Federativa de Brasil donde se encuentra la escuela agrotécnica, que busca multiplicar sus ingresos entrelazando tres actividades productivas en su campo: el cedro australiano, los ovinos y la yerba mate.
Wilson considera a la escuela como la vidriera de los productores: “Creo que es el que te puede decir si realmente funciona o no, porque tienen las producciones en la escuela, andando, funcionando”. El establecimiento se encuentra sobre Ruta 101 y cuenta con 70 hectáreas, cedidas por el INTA, con espacio suficiente para las aulas, albergues, huerta, aserradero y vivero.
-¿Cuantos chicos estudian ahí?
-Hoy, estamos desbordados de chicos. La capacidad es de 130 personas y hoy tenemos 152. Van chicos de las áreas rurales, del pueblo mismo y de otros municipios.
-Vos decís que ahí es un poco como un gran tablero de ensayo, donde van probando en la escuela y enseñándole a los chicos, de paso…
-Creo que es el que te puede decir si realmente funciona o no, porque tienen las producciones en la escuela, andando, funcionando con animales, con plantas. A parte de eso tenemos las prácticas profesionalizantes de los chicos. Y ellos, como cierre de sus estudios, tienen proyectos por ejemplo en la parte ovina, donde ven cómo va el progreso anual. En la parte bovina, lo pesan cada 15 días con sistema silvopastoril, con suplementación estratégica…
-Decías que los ovinos entraron hace poco como ecuación en este tablero de ensayo.
-Claro, el ovino entró dentro de la institución hace aproximadamente un año y medio. Al principio lo desarrollábamos juntos con los bovinos. Hoy día, contamos con instalaciones en la chacra. Conseguimos un cargo para un muchacho, profesor también, técnico agrónomo, para que quede en el campo y controle la parte ovina y nosotros con los chicos hacemos las prácticas ahí y los llevamos al campito de 70 hectáreas donde van pastoreando entre medio de la yerba mate.
Mira la entrevista con Wilson Miranda acá:
-Pastorean en el medio, ¿y no se comen la yerba?
-No, ya vengo trabajando hace un año y pico y todos los días los tuve en medio de la yerba y nunca me tocaron una planta.
-No le gusta a la oveja el brote verde, que nosotros secamos para tomar mate… ¿le resultará muy amargo?
-No. Hay comentarios de otros productores que sí le tocaron la yerba, pero te vas y miras el campo de él y la realidad es otra, no tiene pastura. El animal necesita alimentarse y lo que tiene a primera mano va a comer.
-Ah, entonces es: sí tiene buena pastura debajo del árbol de yerba, no toca la yerba. Y, si no, agarrate porque toca todo…
-Totalmente. Si tenés buena pastura y un sistema rotativo, es muy probable que no te toque
-¿Y qué carga podés tener en un yerbal?
-Hoy, con una suplementación de 200 gr diarios de alimento balanceado seco, con el pastoreo, puedo tener hasta 10-12 vientres por hectárea. Yo he probado con 15 vientres y funciona realmente bien, de acuerdo a las pasturas que tengas
-¿Conviene implantar pasturas? ¿Hay algún manejo del pastizal para que no compita con la yerba?
-La verdad es que te conviene trabajar con algunas pasturas, más por la alimentación de los animales. La yerba te permite trabajar así. Es una planta nativa que necesita un poco de sombra también.
-Y finalmente, si las ovejas no se la comen, vos lográs tener doble ingreso.
-Nosotros vamos a tener tres ingresos en la parcela de yerba mate. Estamos probando con cedro australiano. Obtenés rollos, madera, la oveja y la hoja verde, todos los años.
-¿Y con qué densidad el monte forestal?
-Estamos implantando cada 20 metros, una línea. Aproximadamente 100 plantas por hectárea. Le brinda sombra a los animales y ayuda en el cultivo de la yerba.
-¡Qué gran ensayo! ¿Esto lo haces con los chicos?
-Sí. Ya habíamos visto en Andresito, que la mayoría de los yerbales tienen cedro australiano y relativamente va bien. No compite con la yerba, no le daña. Entonces nosotros aprovechando las pequeñas superficies que tenemos, hacemos lo máximo que podemos para poder tener rentabilidad.