Susana Beatriz Mirassou, una ingeniera agrónoma que trabaja en el INTA desde 1988 (ingresó con 28 años de edad y ahora tiene casi 60 años, se convirtió este miércoles en la primera mujer en la historia que presidirá ese organismo tecnológico fundado en 1956, al publicarse en el Boletín Oficial el decreto 93/2020, confirmando el nombramiento que se conocía desde la semana pasada.
Mirassou estaba a punto de iniciar sus trámites de jubilación cuando se enteró que debía esperar un tiempo más. Luego de una fuerte puja entre varios candidatos varones para ver quién ocuparía la presidencia del INTA, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Agricultura, Luis Basterra, acordaron que fuera ella -que es alguien formada dentro del propio Instituto- quien se hiciera cargo del organismo que debe generar tecnologías útiles para el sector rural.
“Que sea de la casa es una ventaja en esta etapa”, evaluó un funcionario que conoce muy de cerca los movimientos palaciegos dentro del INTA. Con más de 7.000 empleados en todo el país, durante el macrismo en el organismo se esquivó bastante el ajuste sobre el personal, pero muchas de las investigaciones y líneas de trabajo quedaron desfinanciadas. Además hay una situación política delicada, ya que Juan Balbín, el anterior presidente, provenía de AACREA, lo mismo que varios integrantes del Consejo Directivo. Mirassou tendrá que establecer una nueva lógica de relacionamiento con las entidades agropecuarias.
Su currículum publicado en la página del INTA dice que Susana es una ingeniera agrónoma recibida en la UBA en 1987. Además es Magister Scientiae en Economía Agraria. Su tesis, presentada en 1997, versó sobre “La conservación de los suelos: Una evaluación económica”. También ostenta el título de Doctora en Ciencias Sociales de FLACSO. Allí su tesis fue “La Gestión Integral de los Recursos Hídricos: Aportes a un desarrollo conceptual para la Gobernabilidad del Agua”.
El tema de la sustentabilidad cruza toda su carrera. De hecho, cuando ingreso al INTA en 1988 lo hizo como becaria en el Instituto de Economía y Sociología Rural, donde trabajó en Economía de los Recursos Naturales.
Dentro de la estructura del INTA se desempeñó como Gerente de Seguimiento y Evaluación en la Dirección Nacional. Fue Directora Nacional Asistente de Organización y Recursos Humanos. y también tuvo una larga trayectoria como Directora Nacional Asistente de Planificación Seguimiento y Evaluación hasta mayo de 2019. Actualmente integraba el equipo de la Dirección Nacional Asistente de Investigación, Planificación y Evaluación del INTA.
El vicepresidente del INTA también fue designado en el mismo decreto. Se trata de otro ingeniero agrónomo llamado Tomás Miguel Schlichter, un veterano especialista en producción forestal, quien curiosamente desempeñará su cargo “ad honorem”, según se ocupa de aclarar la normativa oficial.
Schlichter nació en 1947, tiene 72 años y se recibió en la UBA en 1974. Es Doctor en Ciencias Forestales de la Universidad Georg–August, de Goettingen, Alemania Federal. Su tesis fue sobre “Desarrollo de un modelo de simulación de ciclo del agua en un ecosistema de bosque de hayas”. Trabaja en el INTA desde 1993 como coordinador del Plan Forestal y desde 2014 se desempeña como profesional asociado. También fue profesor en la FAUBA, investigador del Conicet y hasta trabajó en el Ministerio de Agricultura en los años 80, en un fallido proyecto de “Implementación del Impuesto a la Tierra Libre de Mejoras”.