En la cúpula del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), a cargo del agrónomo Pablo Cortese, esta semana estarán cruzando los dedos a la espera del informe final de una auditoría realizara días atrás por el gobierno de México, aunque ya se anticipan resultados muy negativos, que incluso podrían poner en riesgo los permisos de exportación de carne a ese destino.
La auditoría de México se suma a otra que realizó a fines de 2023 el servicio veterinario de Israel, que también arrojó un veredicto negativo y cuyas observaciones no fueron corregidas todavía por las autoridades sanitarias.
El documento interno que circula dentro del propio Senasa sobre los resultados del examen realizado por los técnicos mexicanos, que recorrieron un extenso listado de 23 frigoríficos habilitados para poder exportar carne a ese país, muestra un estado bastante precario de cosas, y dejan en evidencia las falencias de funcionamiento dentro del propio Estado Nacional, que no podría garantizar a los clientes argentinos condiciones de salubridad básicas.
Solo a modo de ejemplo, la auditoría mexicana detectó:
- El personal oficial no tiene claridad de la implementación del registro de control de rechazo. Hay personal veterinario de planta que no está debidamente capacitado y desconoce la normativa mexicana.
- En 5 plantas hay falta de iluminación que no permite la correcta inspección post mortem de las medias reses.
- En 3 plantas se observó presencia de materia orgánica adherida, formación de biopeliculas y moho en estructuras, guías, mecanismos de tracción, soportes de rieles, etcétera.
- En 4 plantas se observó en cámaras de refrigeración y congelación, presencia de suciedad de techo y en paredes.
- En 14 plantas, se observó que en el área de desposte y en las cámaras la presencia de condensación el cual cae sobre el producto cárnico.
- En 20 plantas se observó deficiencia en el mantenimiento preventivo, al observarse la presencia de óxidos, así como desprendimiento de pintura, sobre producto cárnico.
- En 3 plantas no se logró demostrar la trazabilidad de lote seleccionado o no coincidían documentos.
- En una planta se observó que los techos de los corrales cuentan con presencia de huecos de dimensiones de hasta 1m2. Pero en otras 3 plantas se observaron corrales que no cuentan con techo y en 2 el techo era de material inflamable.
- En 2 plantas se observó durante el recorrido cabezas con dobles disparos y con disparos fuera de la zona correcta de noqueo.
- En 9 plantas se observó en áreas críticas la presencia de moscas vivas volando y parándose sobre estructuras y carne.
- Y en una planta hasta se encontró material fecal en las cámaras de maduración y de cuarteo.
El listado de observaciones es mucho más extenso. Posiblemente esta misma semana el Senasica (como se denomina al servicio sanitario mexicano) comunicará a nuestro Senasa los observaciones, posiblemente decida dar de baja a algunos operadores habilitados y seguramente hará una lista de exigencias para evitar estas falencias. En definitiva, retará al organismo argentino por no garantizar la inocuidad en las partidas de carne vacuna exportadas a aquel país. La renovación de licencias para exportar tiene fecha para fines de agosto próximo.
Esta auditoría -sumada a la de Israel- expone una cruda realidad: el organismo que debe controlar a los privados (y cuyos agentes se identifican con cascos verdes) no controla como corresponde. Y eso pone en peligro el sistema de certificación de exportaciones de carne vacuna, un producto del cual la Argentina se ufanó de tener exportaciones récord, por más de 930 mil toneladas, el año 2024.
Seguramente el diagnóstico se repita en otros sectores exportadores donde se necesita la intervención del Senasa, que debe actuar como garante ante otros países de la sanidad y calidad de los productos vegetales y animales que se les venden. Pero el caso de la carne vacuna es de los más sensibles, al punto que es obligatorio que cada frigorífico cuente con personal permanente del Senasa en sus instalaciones.
México apenas representó 1,2% de las exportaciones de carne argentina en 2024, pero su palabra tiene mucho peso porque es un destino exigente que se pudo abrir recién en los últimos años y viene creciendo fuerte. Pasó de solo 715 toneladas en 2023 a más de 9.200 toneladas el año pasado.
Con 42.471 toneladas, en cambio, Israel es el segundo mayor mercado para las carnes argentinas, detrás de China. Su auditoría sanitaria fue igualmente dura con el Senasa:
Conclusiones finales del informe de audito de Israel
Los problemas allí vienen de lejos y no son atribuibles al gobierno de Javier Milei, pero ya ha pasado más de un año de gestión y la auditoría de México indica una peligrosa persistencia del estado de cosas.
Una explicación posible es que Pablo Cortese, el actual presidente de Senasa, proviene de la línea histórica del organismo, y lleva 30 años trabajando allí aunque en el área de agroquímicos. Su gestión ha sido conservadora hasta el momento y defendió el actual esquema de mando dentro de Senasa, que se organiza en diferentes regionales de las que dependen los controles. Son una constante las sospechas de connivencia de estos mandos medios con las empresas exportadoras.
Pero además, cualquier decisión dentro de Senasa está paralizada por una fuerte interna entre sectores del gobierno libertario. Cortese, quien ya se dijo es de carrera, se apoya en el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, para poder sobrevivir a la carga de la gerenta ejecutiva del organismo, María Eugenia Barbieri. Esta joven funcionaria fue colocada en Senasa como virtual interventora por el ex secretario de Coordinación Productiva, Juan Pazo, ahora al mando del ARCA. Y desde entonces intenta desplazar a Cortese para colocar en la presidencia a Jorge Raúl Grant, un veterinario que justamente está a cargo ahora de la Dirección Nacional de Calidad e Inocuidad Alimentaria.
“La interna con Barbieri hace del servicio una anarquía total. El servicio está paralizado y solo reinan los negocios. Es muy raro además que este gobierno no haya hecho ninguna denuncia para investigar corrupción en Senasa”, dijo un observador externo de este desaguisado, para quien está claro que finalmente sobrevive la “casta” del Senasa heredada de otras gestiones.
En este escenario, en la gestión actual de Cortese y Barbieri proliferan escándalos que por ahora no traen consecuencias, pero que en la enumeración ya deberían tener algún responsable.
Por caso, el Senasa casi no ha sido escuchado en la implementación de la trazabilidad individual de los bovinos, que termina en una licitación escandalosa fallida convocada por Juan Pazo y su concuñado, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta. Tampoco logró desanudar la fuerte pelea entre laboratorios por el negocio de la vacuna contra la fiebre aftosa, mientras en porcinos aparecen focos de la enfermedad Aujevszky o en fruticultura hay nuevos brotes de la mosca del mediterráneo.
O se producen papelones como el que días atrás protagonizó Cortese, que firmó una resolución flexibilizando la Barrera Sanitaria Patagónica. Como la medida fue sorpresiva y provocó un fuerte rechazo de las provincias patagónicas, el propio gobierno anunció a las pocas horas que revisaría esa decisión.
Cuando vayan a México vean como venden la carne, cero higiene y cero refrigeración. También tienen problemas con los mataderos ilegales, ellos le dicen “rastros irregulares”, cualquier cosa que tenga vacunas y refrigeración ya es una enorme mejoría para el mercado mexicano
En Ctes ya empezó la vacuna de la fiebre Aftosa
Las castas de funcionarios intermedios de ideología K están más preocupados por perseguir productores ganaderos con temas burocráticos que por la sanidad de los rodeos y la calidad de nuestras carnes.