De a poquito, la problemática de los suelos está haciéndose carne en el sector agrícola argentino, donde se están haciendo mal las cosas, pues se reponen menos nutrientes de los que se llevan los cultivos.
Hacer bien las cosas en materia del cuidado del suelo se ha convertido en un asunto cada vez más considerado por los productores y eso está muy bien. Así debe ser. En este contexto llamó la atención que una de las grandes empresas del sector anuncie un plan para monitorear el impacto de la actividad agrícola sobre sus propios campos. Nadie suele comunicar estas cosas, pero bienvenido sea. Colabora con la concientización y sirve de ejemplo a otras empresas.
La empresa que hizo este particular anuncio es Garruchos Agropecuaria, del grupo Indud, vinculado al empresario Hugo Sigman. Informó que pondrá en marcha un plan destinado a monitorear el impacto de la actividad agrícola en los suelos y concretar una reposición de nutrientes sobre una superficie de más de 9.100 hectáreas en dos establecimientos de los departamentos de San Francisco y La Madgalena, en Córdoba, y San Jerónimo, en Buenos Aires.
En un comunicado, la firma precisó que la iniciativa demandará una inversión de alrededor de 9 millones de pesos y que su objetivo es “incrementar la productividad de los cultivos maíz, soja y trigo de forma sostenible”.
El principal nutriente que se repondrá es fósforo, según se desprende de la gacetilla.
“Si se cuidan las condiciones nutricionales del suelo como método de conservación se obtienen mejores condiciones de producción; por ejemplo, teniendo en cuenta otras variables, pero en gran medida gracias a la refertilización de fósforo, este año aumentamos el promedio de producción en 1700 kilos de maíz por hectárea”, señaló Patricio Juni, gerente de Campos de Garruchos.