La firma pertenece a la brasileña Forus, tiene plantas en ese país y en Colombia. Ahora apuesta a ganarse su espacio en el mercado argentino.
Forbio provee de esos bioinsumos a diferentes tipos de producciones, según explicó Andrés Molano, microbiólogo industrial y director de la planta que la empresa tiene cerca de Bogotá, capital de Colombia: “Trabajamos con todos los sectores: caña de azúcar, hortalizas, frutícolas, soja, arroz, sorgo algodón, plátano, bananos, y cultivos para pasturas”, enumeró. Como curiosidad, allá también abastecen a los productores de cannabis medicinal.
Escuchá la entrevista a Andrés Molano:
Molano explicó qué es un inoculante biológico: “una vacuna es un inoculante, cuando a uno lo vacunan contra un virus lo que hacen es introducir el microrganismo en forma dormida, para que el cuerpo genere un reconocimiento del agente externo y pueda desarrollar el mecanismo de defensa”.
“Con los inoculantes biológicos sucede lo mismo: cultivamos microrganismos, los colocamos en un fermentador y lo llevamos al suelo donde produce la transferencia de nutrientes macro y micro. Esos microorganismos ayudan al metabolismo de esos elementos”, añadió.
Molano explicó que esa tecnología es una herramienta complementaria de la fertilización tradicional y que esos inoculantes ayudan también a capturar nutrientes que “están en la parte aérea de la planta y ayudan a mejorar la fotosíntesis y a captar nitrógeno, por ejemplo”.
Por ahora el desembolso de dinero fue de cerca de 2 millones de dólares, aunque será mayor en tanto se incremente su penetración en el mercado local, avisó el ejecutivo.
La firma planea ofertar “productos para nodulación en soja, enraizadores y fijadores de nitrógeno, solubilizadores de fósforo, promotores de crecimiento vegetal”, dentro de packs o kits de varios productos.
La empresa tiene una larga experiencia en la provisión de insumos para el cannabis medicinal, que en Colombia fue legalizado luego de varios años de debate. Lo mismo sucede ahora en la Argentina.
Molano explicó qué pasó en su país y qué hizo la empresa: “Duramos 4 años transitamos en temas referidos al marco legal y cuestiones técnicas. Eso llevo a que el ministerio del Interior y el de Justicia soliciten licencias ambientales para el desarrollo del cannabis. Los productores deben generarlo netamente con procesos orgánicos”.
“Por eso desarrollamos un inoculante biológico a partir del aislamiento de bacterias en el suelo donde se desarrolla el cultivo, para que aporte mejores rendimientos productivos”. Ese bioinsumo, además, favorece el desarrollo del cannabidiol, que es la sustancia utilizada para uso medicinal y que no es psicoactiva.
El directivo de Forbio dijo que la firma “va a estar presente (acompañando el crecimiento del cultivo) si se desarrolla con todos los parámetros normativos necesarios” en la Argentina.
Al respecto consideró que se deberán reconocer y verificar que las formulaciones del producto final, cómo se debe cultivar, en qué áreas, con qué permisos legales y ambientales. “Cuando esto suceda, Forbio en Argentina y gracias a la transferencia de conocimiento entre sus plantas en Brasil, Colombia y ahora en Santa Fe, podrá establecer el producto forgreen y colaborar en la producción de cannabis”, planteó su directivo.
Según Molano, en Colombia “hay hospitales que trabajan con el cannabidiol contra el cáncer, la esquizofrenia o la epilepsia con muy buenos resultados. Ahora bien, nos dio espaldarazo que la ONU haya sacado pocos días atrás de la lista de productos de sustancias psicoactivas al cannabis. Así le pasó la pelota a los gobiernos para que sean rigurosos con el tema”.