“Tahuainti” significa “cuatro soles” en idioma quechua. También es el nombre elegido por Gabriela Taglioni para crear su empresa familiar. Funciona en Salta capital y se dedica a producir miel de uva. “El nombre es en honor a mis cuatro hijos”, relata orgullosa a Bichos de Campo.
Taglioni comenta que su empresa surgió hace 12 años y ante una necesidad económica. “Me encontré desempleada como profesora de bellas artes, y tras haber rescatado una receta de mi abuela decidí emprender porque me gusta volcar la parte creativa en todos los aspectos de mi vida. Mi papá está en Cafayate y él cultiva las uvas”, explica.
Taglioni dice que la miel de uva está encuadrada como un mosto concentrado. “Es un proceso de extracción, filtrado y concentrado que se le hace al jugo, a la cáscara y a la semilla de las uvas que seleccionamos de lo producido en Cafayate. Luego se hace una cocción suave; no se debe aumentar la temperatura para no aumentar los antioxidantes. En esa cocción se evaporan los líquidos y se concentra la fructosa, que es el azúcar natural que contiene la fruta”, describe.
Escuchá lo que nos decía Gabriela Taglioni:
La creatividad no se detuvo. “Con el tiempo me di cuenta de que las propiedades de ese producto resultan bastante versátiles para la gastronomía y por eso decidí incorporarle ingredientes a fuerza de prueba y error. Y así logramos ocho productos diferentes en el mercado: miel de uva con nueces, almendras y maní, miel de uva con chía y quinoa; y miel de uva con jengibre y canela. Luego tenemos una línea más gourmet que es la miel de uva con pimienta y ají, con mostaza, pimienta y ají y con aceitunas. También trabajamos las semillas de uva trituradas, en lo que se conoce como harina de uva triturada, y que resulta ser un complejo vitamínico”.
Taglioni se refirió a los controles de parte del Estado a la hora de habilitar nuevos productos: “En Argentina hay una limitación en innovación alimentaria. Hay un nomenclador bromatológico de alimentos que limita, al sostener que los productos son los que ya existen. Ingresar productos nuevos es muy complejo, y más si estamos lejos de la Capital. En mi caso, me llevó muchos años poder habilitar mis productos, y por eso lo tuve que encuadrar como mosto concentrado. Pero yo aclaro que mi producto es mucho más refinado que el mosto”.
Taglioni asegura que, a falta de un encuadre adecuado, las redes sociales le ayudaron a abrirse camino en pos de dar a conocer sus productos: “Yo trabajo mucho con la degustación. Y quienes la prueban hasta se vuelven clientes habituales míos. En este sentido, la interacción con ellos mediante las redes sociales me ayuda a analizar las preferencias y elecciones, y en base a eso voy trabajando”.
Destaca la emprendedora que “gracias al aporte económico de la provincia de Salta pude adquirir una maquina empaquetadora y llegar a mis clientes desarrollando mielcitas con un precio más económico, por los bajos costos del envasado”.