Este martes los futuros de aceite de soja en el CME Group (“Chicago”) terminaron con importantes alzas intradiarias gracias a una declaración que indica que el nuevo régimen de promoción de biocombustibles –denominado 45Z– estará habilitado antes de la finalización del gobierno de Joe Biden.
La indefinición en esa materia, junto a una posición poco clara al respecto por parte del gabinete electo de Donald Trump –quien asume el próximo 20 de enero–, provocaron bajas en los valores del aceite de soja que repercutieron de manera negativa sobre el poroto.
Sin embargo, este martes un vocero del Tesoro de EE.UU., Michael Martínez, dijo a medos estadounidenses que el gobierno prevé publicar los criterios para aplicar el 45Z “antes del final de la administración” Biden.
Vale aclarar que no hubo un comunicado oficial al respecto, sino sólo una declaración de un funcionario, pero al menos es un avance frente a la incertidumbre existente sobre una cuestión clave para el sector agroindustrial estadounidense.
Por otra parte, el hecho de que los criterios sean publicados antes de la asunción de Trump no son garantía de que terminen favoreciendo al complejo sojero, dado que nadie sabe con certeza cuáles serán las pautas para medir la “intensidad del carbono” de las diferentes materias primas utilizadas para fabricar biocombustibles.
La falta de certeza sobre el nuevo marco normativo generó una situación inédita en la plaza comercial del aceite de soja estadounidense: cifras del USDA muestran que el compromiso comercial de ese producto por parte de EE.UU. es del 147% de la oferta exportable prevista en 2024/25 cuando van apenas ocho semanas de ese ciclo comercial.
Esa aparente incongruencia tiene un explicación: la oferta exportable proyectada de aceite de soja de EE.UU. en 2024/25 está realizada en función del supuesto de la continuidad del actual régimen de incentivos oficiales al biodiésel tanto convencional (FAME por sus siglas en inglés) como hidrotratado (HVO).
Vale tener en cuenta que el programa de promoción de biodiésel vigente en EE.UU. es uno de los principales factores que vienen sosteniendo las cotizaciones del aceite de soja, lo que implica que un cambio regulatorio al respecto representaría un impacto bajista importante para las cotizaciones de la soja en el ámbito global.