Israel Feldman no es cualquier ingeniero agrónomo, porque tiene en su haber el ser uno de los fundadores de la Asociación Argentina para el Manejo de Pastizales Naturales (AAMPN), de la cual hoy es presidente honorario, y la cual es un capítulo local de la llamada “Alianza del Pastizal”, donde bregan por la conservación de los pastizales del Cono Sur de Sudamérica.
El principal argumento que defiende Israel Feldman es que se pueden hacer actividades ganaderas de modo sostenible, sin alterar el ambiente, y que hay mucha tecnología para hacer de los humedales un lugar productivo.
Pero al hablar de los pastizales hay que hablar por el principio. ¿Qué son los pastizales naturales? En general se refiere a tierras cubiertas por vegetación, utilizadas para el pastoreo de animales silvestres y domésticos. En Argentina los pastizales y la ganadería son una base fundamental que dio lugar a la multiplicación de los rodeos iniciales de vacunos y yeguarizos traídos por los españoles.
“Trabajé durante 18 años en el INTA, y junto a Oscar Knudtsen, un ingeniero agrónomo y amigo que ya no vive, soñábamos constantemente con la creación de una asociación de manejo de pastizales naturales similar a la que funciona en Estados Unidos, llamada Society for Range Management, y no pudimos concretarla”, recordó Feldman en diálogo con Bichos de Campo.
Luego de su paso por el INTA, Feldman se desempeñó como asesor independiente, y no fue sino hasta el año 1999, en San Cristóbal, Santa Fe, que pudo cumplir su sueño de fundar la Asociación Argentina de Pastizales (AAMPN) que, en conjunto con el INTA y otras entidades, organizó varios congresos nacionales.
“Un día me encontré con Guillermo Chiossone en una charla organizada por la Agencia de Extensión de INTA en San Cristobal, donde me invitó a dar una charla sobre pastizales naturales, y fue tanto el interés y el entusiasmo, que le propuse crear una asociación para trabajar en esto. Chiossone también trabajo de modo intenso en esta fundación”, declaró.
Mirá la entrevista completa a Israel Feldman:
A partir de ese momento, Feldman comenzó a tomar contacto con la Society for Range Management en Estados Unidos, lo que le permitió incluso viajar a congresos de allí. “Ellos querían que fuéramos una sección de su asociación, pero pese a seguir teniendo buena relación, quisimos seguir de modo independiente”, relató Feldman, que actualmente es el presidente honorario de la AAMPN.
La AAMPN congrega a investigadores de Universidades Nacionales y del INTA, asesores agropecuarios privados y productores ganaderos, comprometidos con la investigación de la ecología y manejo de los pastizales naturales y su difusión dentro de ámbitos técnicos y productivos.
Para el agrónomo, “cada tipo de pastizal natural requiere un manejo particular; no se puede generalizar porque porque los suelos donde crecen son distintos”. En su pedido de no generalizar, Feldman se refirió también a los actuales incendios en las islas: “Se suele decir ´se están quemando las islas´, pero no es que se quemen todas las islas, sino sólo una parte”, expresó.
Para el veterano agrónomo, “el ser humano es parte del ambiente, somos un animal más. Lo que nos diferencia de los demás animales es que somos el animal más difundido en el planeta tierra y en todos los trópicos. Generalmente, al evolucionar, los animales deben adaptarse a las condiciones del ambiente; por ejemplo, no podés traer un oso polar a Buenos Aires porque se muere, pero si yo te llevo a vos a Islandia, no te vas a morir”.
En un momento de su relato, Feldman citó al filósofo Mario Bunge para explicar el beneficio que tienen los hombres de poder modificar y adaptarse a cualquier hábitat. “Nosotros tenemos la gloria, y lo dice Mario Bunge, de vivir en un mundo que podemos modificar, empeorar o mejorar, y crearlo de acuerdo a sus propias necesidades. Bunge dice ‘un mundo le es dado al hombre´, y por eso no nos podemos dar el lujo de tener poco más de dos millones de hectáreas pegadas a Buenos Aires, a Rosario, con salida al mar, sin producir. ¿Cómo puede ser?”, reflexionó.
De todos modos, Feldman aclaró que “tiene que haber reservas naturales pero no se pueden transformar dos millones de hectáreas en una reserva natural”.
Hace poco, Feldman publicó un escrito acerca de los incendios en las islas, defendiendo la práctica ganadera en ellas. “Cuando comenzaron a ser pobladas con animales vacunos, una práctica generalizada era y sigue siendo, incendiar los pajonales endurecidos por maduración para aprovechar el rebrote tierno que tiene mejor calidad y palatabilidad forrajera”, argumentó, y dijo que “los incendios ocurridos en pajonales de las islas del Delta del río Paraná, frente a Rosario y otras ciudades, se producen por acciones humanas accidentales, o intencionales. Raramente por cuestiones meteorológicas o espontaneas”.
Al hablar de las islas, Feldman, un apasionado de intervenir los ambientes, definió que “los hombres somos parte de la naturaleza de ese ambiente, y debemos crear sustentabilidad en él para sobrevivir, porque si nos equivocamos en su manejo, lo hacemos inhóspito”, y sostuvo que “la naturaleza es un elemento vivo y, a su vez, tenemos que adaptar la tecnologías para que la gente pueda sobrevivir en condiciones dignas. Somos animales gregarios, nos gusta vivir en sociedad”.
Para Feldman, las islas deberían ser repobladas, asegurando su sustentabilidad, y en este punto, cobran un valor supremo los pastizales naturales y su mejor aprovechamiento. “Habría que conocerlos mejor y utilizarlos adecuadamente”, expresó.
Es interesante oir del propio Feldman la cantidad de usos que se le puede dar a los pastizales. “Se pueden construir hasta viviendas con ellos. En 1944, el doctor Cecilio Romaña describió lo que se conoce como el signo de Romaña, un término médico usado para indicar la inflamación unilateral periorbital sin dolor, asociada con la etapa aguda de la enfermedad de Chagas. Él escribió un trabajo en donde proponía construir con pajonales, ranchos higienicos libres de vinchuca”, desarrolló Feldman.
“Hay que dejar volar la imaginación. Lo que pasa es que hay mucha pobreza en este país. Alguna vez yo también tuve hambre, y acá hay que diferenciar hambre de apetito. Hambre es el tipo que no tiene qué comer y tiene hambre, y yo sé lo que es eso, lo he padecido durante mi tiempo de estudiante secundario. Yo hice parte de mis estudios viajando a caballo, 18 kilómetros de ida y 18 kilómetros de vuelta”, filosofó Feldman.
Y podría escribir más conceptos de esta charla profunda entre Matías Longoni y el fundador de la Asociación Argentina para el Manejo de Pastizales Naturales (AAMPN), pero sería una pena, porque mucho más rico sería ver y escuchar este diálogo.
El sentido final es que no podemos perder tantos millones de hectáreas, que tiene que haber una discusión seria sobre humedales que incluya la sociedad, pero que también debemos valorar los múltiples usos que estos pueden dar, no hay que recular e irse de la isla dejándola como un templo sagrado, sino que hay que redoblar la ofensiva y hacer un manejo más inteligente con ciencia y tecnología, para aprovechar esos magníficos recursos disponibles.
Cómo ex discípulo del Ing. Feldman,en la Fac de Agronomía de Rosario,en la Cátedra de Ecología,mis respetos a un gran conocedor y respetuoso del medio ambiente.
He leído entera la nota del Ingeniero Agrónomo Feldman, y me encantó la simpleza y claridad para exponer un tema, de común, ignorado por la mayoría de los argentino, en los que me incluyo.
Gracia señor Ingeniero Israel Feldman por su aporte y es de desear que los gobiernos de turno, le presten la atención que el tema y Ud. se merecen.
Muy Atentamente