La mejora en el precio y las lluvias (aunque fueran dispares), renovaron el entusiasmo por el maíz.
“El maíz vuelve a ganar terreno pero se va a hacer más tarde este año, porque estamos mucho peor que un año atrás en cuanto a las reservas de agua en el suelo y por hace hay muchos desafíos por delante”, dijo Cristian Russo de la Red GEA, el sistema de monitoreo agrícola de la Bolsa de Comercio de Rosario.
El cereal, el grano más utilizado en la dieta de los animales, fue ganado terreno en los últimos años y además mejoró en productividad, al punto que en la campaña pasada superó en volumen luego de 25 años a la producción de soja. En la campaña 2019/20 se cosecharon 50 millones de toneladas del cereal contra 49,6 millones de la oleaginosa.
Para este ciclo la cosa venía mal por la falta de lluvias y las bajas cotizaciones. Pero entre el repunte de precios y algo más de agua que hay en la región el productor vuelve a mirar al maíz con buenos ojos, según explicó Russo.
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El especialista dijo que incluso el maíz vuelve a mirarse como opción en regiones de Chaco o Santiago del Estero, donde se planeaba antes de las lluvias un recorte de 30% en la siembra.
El ingeniero agregó que este año “se va a hacer más maíz tardío por la seca, ya que no sabemos cuánto va a durar La Niña, si hasta la mitad de la campaña o un poco más”. Por eso consideró que “este año es clave irse con la siembra lo más atrás posible”.
Según Russo, con las condiciones climáticas actuales es posible hacer una primera estimación de cosecha de 48 millones de toneladas de maíz. El Red GEA además parten de un pronóstico de 50 millones de toneladas de soja. Todo esto, claro, suponiendo rindes promedio “pero la campaña no arranca con un escenario promedio”.
El analista además se refirió a las perspectivas para la campaña triguera, esta vbez con el cultivo ya implantado y en pleno crecimiento. Dijo que de las 22 millones de toneladas que se esperaban al inicio del ciclo de este grano de invierno, cuando las perspectivas eran muy buenas para el cereal, se pasó ahora a una estimación de solo 18 millones de toneladas.
“La caída podría ser mayor”, advirtió Russo, porque incluso donde llovió “las espiguillas son la mitad de los esperado”, avisó.