Todavía hay algunos ingenuos que creyeron la promesa del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, -difundida días atrás por todos los canales de televisión- respecto de que 2022 llegaría con la liberación de las exportaciones de carne que reclama todo el sector ganadero y las entidades de la Mesa de Enlace. Bichos de Campo informó días atrás que eso no será así, y que los frigoríficos exportadores que ya recibieron cupo en junio pasado seguirán operando con un comercio limitado.
En las próximas horas debería conocerse la letra chica de los anuncios que días atrás, de modo más que engañoso, realizó el ministro en conferencia de prensa. Es que el 31 de diciembre vencen no solo los cupos generales dispuestos por la Resolución 5 de los Ministerios de Agricultura y de Desarrollo Productivo, que fue la primera que puso límites a los embarques de carne. Con el 2021 también expiran los plazos para los cupos de vaca conserva para China, los de carne kosher para Israel y la prohibición para exportar los siete cortes de consumo popular.
Cuando la nueva norma finalmente se conozca, los ingenuos que le creyeron a Domínguez se sorprenderán con que la única novedad será que ya no habría topes para la carne de vaca vieja categorías D y E.
Pero los siete cortes (asado, vacío, tapa de asado, paleta, matambre, falda y cuadrada, aunque esté último corte sería reemplazado posiblemente por nalga) seguirán sin poderse vender al extranjero. Y los cupos por empresa se mantendrán, aunque ahora los 63 frigoríficos que los recibieron deberían reconocer los porcentajes correspondientes a los grupos de productores que utilizan sus instalaciones. También se abrirá un registro por 60 días para admitir a los nuevas plantas que estén habilitadas para exportar.
Algún lector avezado podrá preguntarnos: ¿Y cómo pueden asegurar que seguirán los cupos si el ministro Domínguez dijo lo contrario? Sencillo, porque el propio ministro Domínguez es quien lo escribe de puño y letra.
Sucede en esta nota que Domínguez envió el jueves 23 al titular del Senasa, Carlos Paz, con copia al vicepresidente del organismo, el santacruceño Carlos Milicevic, quien se encarga personalmente del sensible tema “carnes”. En ese documento, Domínguez les ordena hacer algo que tienen prohibido hacer, que es utilizar las funciones de policía sanitaria de Senasa para controlar que los frigoríficos cumplan con el acuerdo de precios que firmaron con la Secretaría de Comercio Interior.
Es grave esta orden por diversos motivos. Uno ya fue dicho, el Senasa no fue creado para controlar los precios de nada. El otro motivo es que este “apriete” se aplica a todos los frigoríficos por igual, incluso a aquellos que no pertenecen al Consorcio ABC, la cámara que agrupa a los mayores jugadores del negocio exportador y que es la que negoció con el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, la provisión de cinco cortes a precios subsidiados para las fiestas a través de 2.300 bocas en los supermercados.
Pero, además, lo que Domínguez está diciéndole al Senasa es que asigne un cupo para entregar esos cortes baratos a cada empresa, y que dicho cuota debería ser “proporcional” a los permisos de exportación vigentes hasta ahora y dispuestos por la Resolución 5. Esa norma, de junio pasado, asignó un volumen exportable determinado para 63 empresas, equivalente al 50% de lo que habían exportado en el segundo semestre de 2020.
No hay ninguna norma escrita que diga esto, es decir que obligue a los 63 frigoríficos que recibieron cupos de exportación a entregar al mercado interno los cinco cortes baratos que reclamó Feletti a la industria (asado a $549, matambre a $599, vacío a $599, tapa de asado a $499 y falda a $399 por kilo). Así las cosas, hay una doble irregularidad: Domínguez le ordena a Senasa controlar algo que no debe controlar (precios y volúmenes) y que además no está regulado.
Pero en este encantador apriete se desliza además lo que aquí nos ocupa, y que es la continuidad de los cupos de exportación por empresa en 2022.
Más claro echale agua:
“El incumplimiento de esta instrucción por parte de los frigoríficos referidos será tomado en cuenta para la asignación de las cuotas de exportación para el periodo 2022 y se privilegiará a aquellos que hayan cumplido con la misma”, define el propio Domínguez, confirmando no solo la continuidad de los cupos sino además introduciendo un nuevo criterio: para poder exportar las plantas deberán además subsidiar los cinco cortes para el mercado interno.
La carne no baja. Sube cada ves más. La Plata no alcanza. Todo está recargo. Esto es hiperinflación en cuotas. Los Cortes que propone el gobierno no existen. El asado de Coto es grasa y hueso. Ni el perro lo come y vale 700 pesos el kg. Ladrones todos. La carne picada es grasa. 500 pesos.
Deje la carne por el cerdo y el pollo. Pero también está muy claro. Esto es hiperinflación en cuotas. Si el dólar estaba 60 y ahora 200…es hiper en cuotas.