Desde 2003, el aguará guazú fue declarado en Santa Fe como Monumento Natural de esa provincia. Más recientemente la especie catalogada de “vulnerable” por los conservacionista, volvió a ser noticia cuando el licenciado en biodiversidad Andrés Ulibarrie y su equipo elaboraron un mapa para localizar las áreas de mayor adaptabilidad de este animal. Un dato: cuanto más alejado está de las zonas agrícolas, mejor la pasa el bicho.
Dicha investigación logró una mucho mayor visibilidad al ser publicado en la revista científica alemana Mammalian Biology ( Biología de Mamíferos) calificada como una de las mejores del mundo dentro de su categoría.
El artículo “Distribución espacial de la idoneidad ambiental del lobo de crin en el centro de Argentina”, además de constituir “un aporte para el Plan de Conservación del aguará”, detectó que donde mejor se desarrolla la especie es lejos de las zonas agrícolas, localizadas sobre todo al sur de la provincia.
“Las áreas más idóneas para la especie están ubicadas en el centro norte, pero distribuidas en parches (por ambientes). En cambio, en el sur fue mucho menor: esto está correlacionado con la cantidad de cultivos y áreas antropizadas. Eso lo hace una especie de reserva para las poblaciones”, afirmó Ulibarrie, quien se desempeña en el Instituto Nacional de Limnología que funciona en la Ciudad Universitaria de Santa Fe.
Prosiguió: “Donde mayor actividad agrícola hay es donde menor idoneidad tuvimos. Y si bien la especie es versátil, y podría encontrar muchos roedores en cultivos, esas áreas conllevan una mayor actividad antrópica y eso es un riesgo para la especie. Por eso no nos dio como idónea casi ningún área del sur”.
Para llegar a estas conclusiones el estudio -que estuvo basado en la tesina de grado del licenciado- combinó en un algoritmo matemático las 555 detecciones sobre las condiciones de adaptabilidad de la especie, registradas entre 1996 y 2019, y otras variables ambientales como: temperatura, precipitaciones, cobertura de bosques, sabanas, pastizales y cuerpos de agua. También tuvieron en cuenta otros elementos, vinculados a la presencia del hombre como pueblos y ciudades, rutas y actividad económica.
En Santa Fe desde que se declaró al aguará como Monumento Natural Provincial, se viene implementando un Plan de Conservación que establece un protocolo para la reinserción al hábitat natural de estos ejemplares, que frecuentemente son vistos en establecimientos agropecuarios. Por eso uno de los objetivos del trabajo de Ulibarrie fue aportar más información y favorecer los procedimientos de liberación.
Si bien el joven científico dijo que previo a su investigación existen registros de estudios antiguos realizados al sur del país para conocer las condiciones de habitabilidad de la especie, destacó que Santa Fe “es una de las únicas provincias que está bien muestreada” y esto debe ser un incentivo para seguir investigando en otras zonas del país en las cuales suele asentarse el depredador.
Por otra parte, y pensando en las actividades de turismo de naturaleza, Ulibarrie aclaró que el mapa de idoneidad ambiental no implica que esas áreas de mayor aptitud faciliten su observación sino que podrían servir como “una especie de guía” para quienes tenga como propósito ver al animal en su hábitat natural.
Ulibarrie, quien contó con otros colaboradores para publicar el artículo en Mammalian Biology, destacó que la publicación puede darle mayor visibilidad a la problemática del aguará en Argentina. Además comentó que en otras plataformas como Research Gate, una forma de red social del mundo científico, también han solicitado su trabajo. Sin embargo subrayó que es mucho más relevante para él, la posibilidad de contribuir a la difusión local.