Hugo Borrell hijo es el CEO del frigorífico Arre Beef fundado por su padre. Entre ambos conducen los destinos de esta importante empresa productora y exportadora de carne vacuna, que acaba de anotarse un poroto porque fue la que abasteció con 600 kilos de bifes al IPCVA para las degustaciones que organiza en la exposición Anuga 2025, en Alemania.
La novedad es que esa carne se produjo cumpliendo con todas las exigencias del famoso Reglamento 1115 de la Unión Europea, que es el que obliga a los importadores de commodities a certificar que los productos que entran a ese bloque comercial no proceden de campos deforestados en los últimos años. Entre ellos está la carne.
“Hicimos la prueba en el frigorífico gracias al trabajo conjunto con el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna y del Consorcio de Exportadores ABC, para tener la carne aquí y mostrarle a los importadores como es el sistema que propusimos para cumplir con la normativa, lo que llevó mucho tiempo y desarrollo”.
En concreto, se trabajó con la plataforma VISEC, el importador de la carne hizo los trámites correspondientes y “todo funcionó muy bien. Estamos mostrando como se aplica el sistema, dando las garantías necesarias a los importadores” de que la Argentina puede certificar que su carne provino de vacunos criados en campos que no sufrieron de la tala de bosques a partir de 2021.
Según el empresario cumplir con estas exigencias no debería generar costos adicionales en la cadena: “Sí se hizo una inversión inicial importante que era necesaria porque el mercado europeo es muy importante, es histórico y acá vienen los cortes finos de alto valor. No implica un gasto extra cumplir con las exigencias, pero llevará más tiempo cumplir con la documentación”, aclaró.
Con relación al mercado europeo Borrel hijo dijo: “Hay mucha demanda, viene muy bien el año en cuanto a valores, vemos que bajó su producción y por eso se sostiene el precio. Como sucede siempre el precio baja antes de esta feria y ahora repuntó nuevamente y sigue firme”.
Los cortes Hilton, que se llegaron a vender en 20.000 dólares, cayeron a 18.000 en las semanas previas a esta exposición, pero ahora ya superan los 19.000 dólares, según explicó Borrell.
Con relación al mercado estadounidense indicó que “al haberle puesto aranceles a Brasil, Argentina está aprovechando ese espacio”. De todos modos, como en los últimos días hubo negociaciones entre los presidentes de ambos países, los negocios quedaron en “espera”.
“Si Brasil vuelve a entrar a Estados Unidos nos veremos afectados, mientras tanto sigue siendo un buen año para nosotros en ese destinos. Lo malo es que por eso Brasil se vuelca más a China y hay más competencia en ese mercado”, detalló.
Los negocios que se hacen dentro de la cuota americana que tiene preferencia arancelaria de 20.000 toneladas se cierran entre 7.000 y 8.000 dólares, mientras que por fuera de esa cuota se pagan 2.500 dólares menos y en los negocios de nicho de valor se llega a pagar 10.000 dólares la tonelada, contó.
En tanto, China está pagando “un promedio de 6000/6200 dólares la tonelada, un valor que estuvo bajando aunque por escalones este año”.
Respecto de las formas del consumo de carne Borrell indicó que “en 2014 que empezamos a exportar comían con palitos y para ellos comer el bife es un problema. Pero ahora uno va a las grandes urbes y hay restaurantes de carne argentina, estadounidense o uruguaya y los propios chinos en sus hogares tienen como consumirla. Se ve una evolución en el consumo de cortes de más valor a medida que la población crece en su poder económico”.