El pasado miércoles el gobierno de Bolivia dispuso suspender temporalmente las exportaciones de carne bovina a los mercados internacionales. La medida fue tomada para garantizar el abastecimiento interno y forzar una disminución del costo del alimento en el país, pero lógicamente ha provocado malestar entre los ganaderos que exigen un diálogo urgente con las autoridades nacionales.
Según explicó en los medios bolivianos Nestor Huanca, ministro de Desarrollo Productivo y Economía del vecino país, para hacer efectiva la medida su cartera dejará de emitir certificados. La situación recuerdas las múltiples intervenciones que realizó el gobierno kirchnerista sobre las exportaciones de carne vacuna en la Argentina, con el secretario Guillermo Moreno regulando los embarques con la no tramitación de los Registros de Operaciones de Exportación, los ROE Rojos.
“Hasta que se regularice el abastecimiento y se reduzca el precio en el mercado local en beneficio del pueblo boliviano, no se van a emitir los certificados de abastecimiento interno a precio justo que es un documento soporte para proseguir las exportaciones”, declaró Huaca en conferencia de prensa.
También como hacía aquel Moreno que con sus intervenciones provocó que se perdieran cerca de 8 millones de bovinos del stock nacional en 2010, en su discurso el funcionario boliviano responsabilizó a lo productores por el incremento de los precios en el mercado local. En este punto hizo referencia a las carnicerías de La Paz donde el kilo de algunos cortes se venden en 60 bolivianos, lo que equivale a unos 8,6 dólares aproximadamente.
“Son el primer eslabón de la cadena del sector y son los que fijan hasta el 69% del costo de producción del ganado vivo. En un año ha aumentado el precio en más de 100 %, cuando los insumos productivos que utilizan para la crianza del ganado básicamente no han sufrido incrementos de más del 20 %”, agregó el funcionario.
Por su parte el sector ganadero, a través de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), rechazó fuertemente la medida del Gobierno y afirmó que “las restricciones a las exportaciones, las bandas de precios y una serie de limitaciones a los diferentes actores de la cadenas de abastecimiento con el objetivo de garantizar el mercado interno, hasta hoy fueron un fracaso. Lejos de alcanzar el objetivo mencionado todas han generado en el transcurso del tiempo un mayor desabastecimiento”, según publicó el medio Agro del Sur.
Al mismo tiempo analistas y empresarios de la cadena de la carne en Bolivia, advirtieron que el veto pone en peligro un mercado que ingresa al país 220 millones de dólares por año. Además negaron que searesponsabilidad del sector el desabastecimiento actual, ya que a producción de carne bovina llega a las 348.000 toneladas anuales y apenas se exportan 40.00 toneladas por año. Esto representa tan solo un 12% de la producción.
Los productores, aunque se muestran bastante indignados con la medida del gobierno, alegan que la prohibición no los sorprende, ya que esta es la segunda ocasión en la que el gobierno de Luis Arce suspende temporalmente las exportaciones. El anterior veto se dio en diciembre del 2024,cuando se les impidió exportar aceite de soja. No obstante los primeros antecedentes de esta medida se remontan a los tres período en los que gobernó de Evo Morales, entre 2006 y 2019.
“La verdad es que no nos sorprende, ya estamos acostumbrados a que normalmente se toman las decisiones antes de las reuniones y nos convocan cuando la decisión ya está tomada”, señaló el presidente de los ganaderos, Water Ruiz, en una entrevista dada a un canal local.